Novena a la Reina de la Paz -Medjugorje- QUINTO DÍA-

EL AYUNO

Desde el tercer día de las apariciones la “Gospa” mencionó que era necesario ayunar para obtener la paz. Cuando le preguntaron, “¿cómo debía hacerse?” respondió: “El mejor ayuno es el ayuno a pan y agua”. Y en la vigilia de su Asunción el 14 de agosto de 1984, pidió que se hiciera dos veces por semana; los miércoles y los viernes. No para que de los dos días se eligiera uno, sino para que de los siete días de la semana se eligieran siempre los miércoles y los viernes para ayunar. ¿Por qué los miércoles y los viernes?

La Virgen ha dicho que: “Con el ayuno y las oraciones se pueden detener las guerras y hasta suspender las leyes de la naturaleza. La caridad no puede sustituir el ayuno. Aquellos que no pueden ayunar pueden ofrecer la oración, la caridad y una Confesión. Todos, sin embargo, excepto los enfermos, deben ayunar.” 21‐7‐81. “El ayuno que muchos hacen comiendo pescado, en lugar de carne, no es ayuno, sino abstinencia. El verdadero ayuno consiste en renunciar a todos los pecados. Pero es necesario al renunciarlos, hacer participar también al cuerpo.” 12‐81. “El ayuno ha sido olvidado en el último cuarto de siglo en el seno de la Iglesia Católica” 5 ‐84.

Es preciso recordar, que cuando la Virgen pide ayunar, no está pidiendo pasar hambre, sino sustituir las tres comidas habituales por sólo pan y agua. Los entendidos aseguran, que si durante el día se come suficiente pan y se bebe suficiente agua, se pueden obtener hasta 1200 calorías necesarias para desempeñar las labores cotidianas. No es recomendable, por otro lado, acompañar el ayuno con otras bebidas (por ejemplo café, te, gaseosas) porque pueden afectar el estómago. Cabe destacar, además, que la jornada de ayuno que la Virgen recomienda, concluye con la primera comida del día siguiente. En el idioma español, la raíz etimológica de “desayuno” significa, precisamente, terminar el ayuno (des‐ ayuno); comer después del ayuno.

“¡Queridos hijos!: También hoy os invito a orar y ayunar por la paz. Como ya os he dicho, os repito también ahora: “Hijos míos, sólo con la oración y el ayuno también las guerras pueden ser detenidas”.

La paz es un don precioso de Dios. Buscad, orad y la recibiréis. Hablad de la paz y llevad la paz en vuestros corazones. Cuidadla como una flor que necesita agua, ternura y luz. Sed vosotros quienes llevéis la paz a los demás. Yo estoy con vosotros e intercedo por todos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” 25‐2 ‐03.

Oración

Te pedimos, Señor, que escuches la oración de tu pueblo, a quien has entregado a tu Hijo Jesús a través de María, Madre de Cristo y Madre nuestra. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Recitar el rosario

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