NOVENA A LA GLORIOSA SEÑORA SANTA ANA Madre de la Santísima Virgen

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DÍA   SEGUNDO

Padre,  Hijo  y  Espíritu  Santo,  tres  personas  distintas  y  un  solo  Dios verdadero, en quien espero, y a quien amo sobre todas las cosas, a quien adoro, venero y reverencio, con toda mi alma, potencias y sentidos, vida y corazón. Me pesa una y mil veces  haber ofendido a mi Dios. Confiado en tu divina bondad,  espero alcanzar de tu  misericordia el perdón de mis pecados,  y  la gracia de la perseverancia  final, para que después de esta vida mortal,  merezca mi alma gozar  eternamente  de ti en la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

SEGUNDO GOZO: CONCEBIR A LA VIRGEN SANTÍSIMA

Considera, alma mía, cuál sería el gozo de Santa Ana en aquella dichosa hora en que, en su vientre, a un tierno cuerpecito de niña se unió la santísima alma de la  “Señora concebida sin pecado original”.  ¡Cómo llenaría Dios de júbilo y de gozo a Santa Ana en aquel punto,  en  el cual la hizo concha de tan preciosa perla, y sagrario de tan venerable y santa reliquia! ¡Con qué inefable consolación bañaría el Cielo a Santa Ana, cuando empezó a rayar la aurora del “Sol de Justicia”!¡Oh, qué secretos y qué misterios en el vientre de Ana! Tesoro guardado por los ángeles y admirado por los más soberanos espíritus. ¡Y cómo es posible que tan altos misterios, dejasen de redundar grandes afectos en la santa, y que con tan gran tesoro, dejase ella de participar de esas riquezas! Alégrome, Santa gloriosa, de vuestra gran ventura. Vos sois aquélla a quien el Artífice Soberano escogió para vaso  de honra excelsa, pues encerráis la más pura criatura entre las humanas, únicamente Ella preservada de la mancha del pecado. Alcanzadme gracia del Señor, y que alegre de servirle, huya de adquirir en mi alma cualquier género de culpa.

SEGUNDA VIRTUD: ESPERANZA FIRME

Pondera, cuán segura e invencible fue la esperanza de esta gloriosa santa. Los años iban pasando como las olas, más todas quebraban en el risco firme de su esperanza  en Dios, nunca vacilante. Por eso vio  tan bien logrado el fruto de esta  confianza, porque la tuvo en Dios tan segura. Esperaba fruto de su vientre, y tuvo tal fruto cual no lo esperaba. Como  la  flor  de  su  esperanza,  ni  con  las  tempestades  del  tiempo,  ni  con  los  imposibles  humanos,  llegó  a  caer,  por  eso  fructificó admirablemente. ¿Quién dijera que la despreciada,  estéril e infecunda, había de tener fecundidad tan bien lograda?  Lo cierto es que puede mucho ante Dios la esperanza firme en su bondad y misericordia. En  Vos,  Señor,  únicamente  confío,  por  más  que  el  mundo  y  el  demonio  eternamente  se  opongan.  Sois  Dios  y  Padre,  habéis  de  tener misericordia. Os lo pido por los merecimientos e intercesión de la gloriosísima Santa Ana.

ORACIONES Y POEMA DE LOS GOZOS PARA TODAS LOS DÍAS

-Rezar: Credo, Padre Nuestro y Ave María 

-Luego decir 3 veces: “Santa Ana, socorred a los miserables”

-Luego:

ORACIÓN PARA PEDIR LA GRACIA QUE SE DESEA OBTENER

Gloriosísima Señora Santa Ana, madre de la Madre de Dios, poderosa intercesora nuestra y refugio seguro de los que a  vos recurren. Yo me gozo en tu honor. Estimo que sea tanta vuestra excelencia, tan sublime vuestra dignidad, y vuestro poder tan admirable, que no puedan dejar de ser también entrañas de piedad y misericordia las vuestras, pues engendraron a la “Madre de Misericordia”. Por eso recurro a Vos, confiado, pidiéndoos de todo corazón me recibáis bajo vuestro amparo. Alcanzadme Fe viva, Esperanza firme y Caridad perfecta, pureza de alma  y  de  cuerpo,  devoción  cordial  a  vuestra  santísima  hija:  la  Virgen  María  Señora  Nuestra,  deseo  eficaz  de  servir  a  Dios,  dolor  muy verdadero  de  haberle  ofendido  y  propósito  de  enmienda.  Haced  que  este  propósito  me  acompañe  hasta  la  hora  de mi  muerte,  y  en  ella alcanzadme victoria contra las tentaciones del demonio y la gracia de la perseverancia final. También os pido que empeñéis vuestra especial intercesión para que consigáis la merced que de vos pretendo en esta novena.[Pedir aquí la gracia que se desea]Mostrad, Santa gloriosa, la eficacia de vuestro patrocinio en procurar el buen despacho de mis peticiones. No  atendáis a lo poco que yo merezco,  sino  a  lo  mucho  que  vos  podéis.  Favorecedme  con  aquella  misma  instancia  con  que  pedíais  al  Señor  el  remedio  de  vuestra esterilidad. Por aquel gozo con que entendisteis ser vuestra oración  oída,  oíd ahora  mis  oraciones. Por aquella  confianza  y autoridad de madre  de  la  que  lo  había  de  ser  del  mismo  Dios,  interceded  ante  vuestra  hija  santísima.  ¿Qué  le  podéis  vos  pedir  que  no  tenga  buen despacho de parte de Ella? ¿Y qué memorial vuestro puede Ella presentar a su Hijo, vuestro Nieto Santísimo, a que Él no quiera convenir?¡Qué falta, pues, gloriosa Santa Ana, sino que vos queráis interceder!, pues para qué os hizo Dios tan poderosa sino  para remedio de los atribulados que acuden a vuestro amparo.  Valedme pues, Santa poderosísima, que en vos confío. Valedme para crédito de vuestro poder, para  honra  de  vuestra  Hija  y  de  Nuestro  Señor  Jesucristo,  vuestro  Nieto.  Valedme  para  que  vuestro  nombre  sea  cada  más  conocido  y acudan  a  vos  todos  aquellos  que  tanto  necesitan  de  vuestro  amparo.  Bien  sé  que  no  merezco  vuestro  valimiento,  pero  será  ilustre misericordia vuestra  atender a mis súplicas sin haber en mí merecimiento. Y  espero,  que luego de ayudado por  vuestra  intercesión, os sepa vivir agradecido. Amén.

 

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