El actor estadounidense Matt Damon, actualmente en cartelera con la película Suburbicon, dirigida por su amigo George Clooney, ha revelado a la cadena de televisión Extra que su padre se encontraba gravemente enfermo.
Para acompañar a su familia en este difícil trance, el actor de 47 años ha invitado a sus fans a rezar por él. Según ha declarado: “Recibiremos todas vuestras oraciones, así que ¡mandádnoslas!”. Nunca antes el actor había hecho una declaración pública sobre su posición en relación a su fe.
Su padre, Kent Damon, padece mieloma múltiple, un cáncer que afecta la sangre. Esta enfermedad le fue diagnosticada hace seis años y el actor ya mostró su preocupación al respecto por aquel entonces. En aquel momento dijo a los medios de comunicación que había “perdido algunos amigos íntimos por culpa del cáncer en los últimos años”, lo cual basta para comprender el temor a la marcha de su padre.
Aunque la enfermedad parece progresar lentamente, según se entiende de las palabras de Matt Damon, la lucha de su padre contra el cáncer afecta a la vida profesional de Damon hijo. Así, decidió cancelar su participación en los premios BAFTA el pasado mes de abril para quedarse junto a la cama de su padre.
“Es maravilloso ser su padre”
Con el próximo estreno de Matt Damon con la película Downsizing (Una vida a lo grande), a finales de este diciembre en Estados Unidos y España, esperamos que su padre continúe siguiendo mucho más tiempo la carrera de este hijo al que admira. Según había declarado Kent Damon en 2011: “Él es todo lo que podría pedirse a un hijo. Es maravilloso ser su padre”.
Para plantar cara al cáncer, más allá de las herramientas disponibles gracias a los progresos científicos, muchos pacientes recurren a la protección de los santos para combatir su miedo, o para aportarles calma o incluso curarlos. Está santa Rita, como santa de las causas imposibles, invocada para la curación de los tumores; santa Galla, santa Ágata o incluso santa Aldegunda de Maubeuge. Para los parientes enfermos, también es posible rezar una novena a Peregrino Laziosi, santo patrón de los enfermos de cáncer y de los incurables.
