Revelaciones sobre los Tres Días de Oscuridad – Mensaje de Jesús al Santo Padre Pío

La hora del castigo está próxima, pero Yo manifestaré mi Misericordia.

Nuestra época será testigo de un castigo terrible. Mis Ángeles se encargarán de exterminar a todos los que se ríen de Mí y no creen a mis profetas. Huracanes de fuego serán lanzados por las nubes y se extenderán sobre toda la tierra.

Temporales, tempestades, truenos, lluvias ininterrumpidas, terremotos cubrirán la tierra. Por espacio de tres días y tres noches, una lluvia ininterrumpida de fuego seguirá entonces, para demostrar que Dios es el dueño de la Creación.

Los que creen y esperan en mi Palabra no tendrán nada que temer, porque Yo no los abandonaré, lo mismo que os que escuchen mis mensajes. Ningún mal herirá a los que están en estado de Gracia y buscan la protección de mi Madre.

A vosotros, preparados a esta prueba, quiero dar señales y avisos. La noche será muy fría, surgirá el viento, se harán… y truenos.

Cerrad todas las puertas y ventanas. No habléis con ninguna persona fuera de la casa. Arrodillaos ante vuestro crucifijo. Arrepentíos de vuestros pecados. Rogad a mi Madre, para obtener su protección. No miréis hacia fuera mientras la tierra tiembla, porque el enojo de mi Padre es santo. La vista de su Ira no la podríais soportar vosotros.

Los que no presten atención a esta advertencia, serán abandonados e instantáneamente matados por el furor de la cólera divina.

El viento transportará gases envenenados que se difundirán por toda la tierra.

Los que sufran inocentemente serán mártires y entrarán en mi Reino.

Después de los castigos, los Ángeles bajarán del Cielo y difundirán el espíritu de paz sobre la tierra.

Un sentimiento de inconmensurable gratitud se apoderará de los que sobrevivan a esta terrible prueba.

Rezad piadosamente el Rosario, en lo posible en común o solos.

Durante estos tres días y tres noches de tinieblas, podrán ser encendidas sólo las velas bendecidas el día de la Candelaria (2 de febrero) y darán luz sin consumirse.

Mensaje de 1959 – tomado de su testamento y hecho distribuir por los Sacerdotes Franciscanos a todos los grupos de Oración católicos en el mundo, ya desde la Navidad de 1990*

“El Espíritu os anunciará las cosas que vayan a suceder.” (Juan 16,13.) Y el profeta Amós: “¿Hay alguna desgracia, sin que la haya causado el Señor?”, y contesta: “NO, porque el Señor no hace nada sin revelar sus designios a los profetas.” (Amós, 3, 6-7)

Ya constató San Pablo: “Parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.” (I Corintios 13,9) Pero también: “NO DESPRECIÉIS LAS PROFECÍAS, examinadlo todo y quedaos con lo bueno” (I Tes. 5, 19).

Y San Pedro Canisio:

Hay menor peligro en creer lo que con alguna probabilidad nos refieren personas de bien, cosa no reprobada por los doctores, antes que rechazarlo todo con espíritu temerario y de desprecio.” Como lastimosamente muchos hacen.

Textos escogidos.

ANA MARÍA TAIGI (1769-1837)

Mujer de luces extraordinarias, beatificada en 1920. Su cuerpo se conserva incorrupto. El Cardenal Salotti escribió su vida. Predijo la abdicación de Carlos IV de España, la caída de Napoleón, la liberación del Papa Pío VII, etc. Con un lujo de detalles que se comprobaron todos. Cuando agonizaba el Papa León XII, piden oraciones a Ana María Taigi y ella contestó:

“El Papa no morirá, pero que se prepare Monseñor Strambi (su consejero) que ha ofrecido la vida por él, pues el Señor ha aceptado su generoso ofrecimiento” Y, a la sorpresa de todos, efectivamente León XII sale del peligro y de repente Monseñor Strambi -actualmente beatificado-, cae desvanecido y muere. ¿Qué predijo Ana María Taigi para nuestros tiempos ? He aquí un resumen: “Dios enviará dos castigos: uno en forma de guerra, revoluciones y peligros, originados en la tierra; y otro enviado desde el Cielo. Vendrá sobre la tierra una oscuridad total que durará TRES DÍAS y tres noches. Nada será visible y el aire se volverá pestilente, nocivo, y dañará, pero solo a los enemigos de la Religión. Durante los tres días de tinieblas la luz artificial será imposible. Sólo las velas benditas arderán. (…) Los fieles deben permanecer en sus casas rezando el Santo Rosario, y pidiendo a Dios Misericordia. Los malos perecerán en toda la tierra durante esta oscuridad universal, con excepción de algunos pocos que se convertirán.” En otra visión vio:

La tierra envuelta en llamas, hundiéndose numerosos edificios. La tierra y el cielo parecía que estaban agonizando. Millones de hombres morirán por el hierro, unos en guerras, otros en luchas civiles; millones perecerán en los tres días de tinieblas. (…) Después de purificar al mundo y a su iglesia, y de arrancar de cuajo toda la mala hierba, Nuestro Señor operará un renacimiento milagroso”…

(Apoc. 6, 12-17; 8, 12-13; 9,2; 11, 15-19.) b)

Padre PioSan GASPAR DE BÚFALO (1786 -1836)

Fundador de los Misioneros de la Preciosísima Sangre: “Aquél que sobreviva a los tres días de tinieblas y de espanto, se verá a sí mismo como solo en la tierra, (…) No se ha visto nada semejante desde el diluvio.”

Sor MARÍA DE JESÚS CRUCIFICADO (1878)

Religiosa carmelita, recientemente beatificada: “Durante tres días de tinieblas, las personas entregadas a sus caminos depravados perecerán, de tal modo que sólo sobrevivirá una cuarta parte de la humanidad”.

Padre BERNARDO MARÍA CLAUSI (1849)

Religioso de la Orden de los Mínimos: “Este azote se hará sentir en todo el mundo y será tan terrible que cada uno de los que sobrevivieren se imaginará ser el único que ha quedado, y todos se arrepentirán. … Pero antes habrá hecho el mal tantos progresos, que parecerá que los demonios han salido del infierno. Pero cuando la mano del hombre no pueda más, y todo parezca perdido, Dios mismo pondrá su mano y arreglará las cosas en un abrir y cerrar de ojos”

Sor MARÍA ADALFUNE (1814)

Religiosa de San Agustín, se ofreció víctima para salvación de los pecadores. Jesús le reveló en la noche del 13 de Mayo 1849: “No puedo ya ahorrar al mundo el castigo tremendo que le está reservado. Entonces todos alzarán los brazos hacia Mí y gritarán: “¡misericordia!”

No temas, no abandonaré a la Iglesia en esos días. Vendré en su ayuda.” (El Señor le hizo ver las atrocidades que se cometerán en aquellos días, … un desprecio por todo lo sagrado.) “Los sacerdotes”, continuó Jesús, “no deben mezclar tanta ciencia humana con la enseñanza de mi Doctrina, deben renunciar a las vanidades.”

LA SALETTE, FRANCIA

Aparición aprobada por la Iglesia. La Stma. Virgen se apareció a dos niños el 19 de Septiembre de 1846, les comunicó un secreto. Fue publicado con Imprimatur del Obispo de Lecce. En 1922 fue dado a conocer en su totalidad por el Vaticano.

“Dios va a castigar al mundo de una manera jamás vista… Nadie podrá escapar. … Las Iglesias serán cerradas y profanadas; los sacerdotes y religiosas serán perseguidos… Los libros malos abundarán. (…) Muchos sacerdotes se alejarán de la fe verdadera, y hasta obispos. El demonio tendrá sus iglesias que le darán culto. Reinará el materialismo, el ateismo y toda clase de vicios. … Parecerá que Dios se haya olvidado de la humanidad. Todo parecerá perdido. … Entonces Jesucristo, en un acto de su justicia y su gran misericordia para los buenos, dará orden a sus ángeles que todos los enemigos sean exterminados. Caerá fuego del cielo. El sol se obscurecerá.” (…) Los perseguidores de la Iglesia, las personas dadas al pecado, perecerán y la tierra parecerá un desierto”…)

MARÍA JULIA JAHENNY (1850 -1941)

Estigmatizada francesa: “Vendrán estos TRES DÍAS de grandes Tinieblas. Sólo las velas de cera benditas iluminarán durante estas tinieblas. Una vela durará los tres días. Durante estos tres días los demonios aparecerán en formas horribles y abominables y harán resonar el aire con espantosas blasfemias.” (…) “Una nube roja como la sangre, atravesará el firmamento. La tierra temblará desde sus cimientos. El mar lanzará sus espumantes olas sobre la tierra. Las tres cuartas partes de la raza humana perecerán. La crisis vendrá sobre todos repentinamente y el castigo será mundial”. h)

ISABEL CANORI-MORA (1774 -1825)

Terciaria franciscana estigmatizada, fallecida en olor de santidad. Su proceso de beatificación está en marcha. Vio tremendas batallas que sostendrá la Iglesia, y anunció los terribles castigos que amenazan a la humanidad, que va acercándose al punto culminante de su rebelión contra Dios, contra la religión y contra la Iglesia. En una visión vio…

“A los que, cada día con mayor orgullo y desfachatez, van pisoteando la santa religión y la divina ley. Se sirven de las palabras de la Sagrada Escritura y del Evangelio, corrompiendo su verdadero sentido para respaldar así sus perversas intenciones.”

En otra visión, escribe:

“Por todas partes se veían reinar la injusticia, el fraude, el libertinaje. Sacerdotes despreciando la santa ley de Dios, y cómo se cubría el cielo de nubes negras; se levantaba un tremendo huracán. En castigo de los soberbios, que con impía presunción intentaban demoler la Iglesia desde sus cimientos, permitía Dios a los poderes de las tinieblas abandonar los abismos del infierno.” “Una legión de demonios se precipitaba por toda la tierra… destruían casas y palacios, … y daban cruel muerte a una multitud de rebeldes”. La sierva de Dios vio a todos aquellos monstruos, en las más espantosas figuras, surgir de los atrios infernales y arrasar todos los lugares donde se haya ofendido gravemente a Dios y se habían perpetrado sacrilegios. Ni rastro quedaba de ellos.”

ANNA CATHERINA EMMERICH (1774 -1824).

Célebre estigmatizada alemana. Religiosa Agustina. Recibió las llagas de la Pasión del Señor, aceptando los grandes sufrimientos para el alivio de otros, y como víctima expiatoria a Dios, por las culpas y pecados de los demás. “Vi la Iglesia de San Pedro y una cantidad enorme de gente que trabajaba para derribarla, pero a la vez vi otros que la reparaban. Los demoledores se llevaban grandes pedazos; eran sobre todo sectarios y apóstatas en gran número. Vi con horror que entre ellos había también sacerdotes católicos…, vi al Papa en oración, rodeado de falsos amigos, que a menudo hacían lo contrario de lo que él ordenaba. (…)

Daba lástima. Cincuenta o sesenta años antes del año 2000 era desencadenado Satanás por algún tiempo. En violentos combates, con escuadrones de espíritus celestiales, San Miguel defenderá a la Iglesia contra los asaltos del mundo.” (…) “Sobre la Iglesia apareció una Mujer alta y resplandeciente, María, que extendía su manto radiante de oro. En la Iglesia se observaron actos de reconciliación, acompañados de muestras de humildad; las sectas reconocían a la Iglesia en su admirable victoria, y en las luces de la revelación que por sí mismas habían visto refulgir sobre ella. Sentí un resplandor y una vida superior en toda la naturaleza y en todos los hombres una santa alegría como cuando estaba próximo el nacimiento del Señor.”

Hermanos, realmente es terrible, pero si Dios lo ha querido revelar…, ¡es para que sea hecho público!

PROFECÍAS CONTEMPORÁNEAS CADA VEZ MÁS URGENTES

Sor ELENA AIELLO

Monja estigmatizada italiana, recibió un mensaje el 16 de Abril de 1954, Viernes Santo:

“Escucha bien lo que digo y comunícalo a todos: Mi Corazón está triste por los muchos sufrimientos que amenazan a este mundo. La justicia de nuestro Padre Celestial está ofendida gravemente. El mundo está inundado por una crecida de corrupción. Los gobiernos de los pueblos se han levantado como demonios en carne humana, y mientras hablan de paz, preparan la guerra con instrumentos devastadores, para aniquilar pueblos y naciones. Innumerables escándalos llevan las almas a la ruina, especialmente de la juventud. “El hogar, fuente de la fe y de santidad, está manchado y destruido. … (Los hombres) continúan viviendo pertinazmente en sus pecados. Cerca está el azote para limpiar la tierra del mal. La Justicia divina reclama la satisfacción de tantas ofensas y maldades que cubren la tierra y no se puede tolerar más. Los hombres obstinados en sus culpas no se vuelven a su Dios. La gente no se somete a la Iglesia, y desprecia a los sacerdotes por haber muchos malos entre ellos, que son causa de escándalos”… “El mundo será invadido por grandes desgracias, revoluciones sangrientas, huracanes terribles, inundaciones de ríos y mares.

Levanta la voz, hasta que los sacerdotes de Dios presten oído a mi mensaje, y avisen a los hombres que el tiempo está cerca, y si no se convierten a Dios con oraciones y sacrificios, el mundo se verá envuelto en una nueva guerra”… Nubes con rayos de fuego, y una tempestad de fuego pasarán sobre el mundo, y el azote será el más terrible que ha conocido la historia. Durará SETENTA HORAS. Los impíos serán aplastados y eliminados. Muchos se perderán, porque permanecen en sus pecados”… “Las horas de las Tinieblas están cerca… Yo me inclino sobre el mundo y detengo la Justicia de Dios, de otra manera estas cosas hubieran sucedido ya. Hacen falta oración y sacrificios, que vuelvan a los hombres a Dios y a mi Corazón Inmaculado. Propaga a gritos todo esto, en todo el mundo, como eco verdadero de mi voz. Hazlo saber porque ayudará a salvar muchas almas e impedirá mucha destrucción en la Iglesia y en el mundo.” (Texto con imprimátur del Obispo de Cádiz-Ceuta, España).

VENERABLE MADRE DEL BOUR

“Los ángeles exterminadores no esperan más que una señal para herir la tierra. La justicia castigará, pero la misericordia intervendrá y los buenos serán salvos, habrá una crisis terrible. El Señor me ha dado grandes quejas; se queja de ese furor en buscar los placeres, se queja de los bailes escandalosos, de la indecencia y del lujo… Si se prohíbe en el Evangelio hasta una sola mirada, hasta un mal deseo, ¿será de extrañar que castigue de un modo terrible la corrupción de costumbres, que es el resultado necesario, inevitable de todos esos abusos?

Los castigos del Señor van a caer sobre nosotros de varias maneras: azotes, desordenes, sangre derramada. Sin embargo, aquellos días serán abreviados en favor de los justos”.

PADRE STEFANO GOBBI

Fundador del “Movimiento Mariano Sacerdotal”, con miles de sacerdotes y cientos de obispos del mundo entero, a los cuales María prepara para re-evangelizar el mundo, después del terrible castigo. El Padre Gobbi recibió muchos mensajes:

1 de diciembre de 1973:

“Trastornos, angustias y tribulaciones aumentarán día a día, porque la humanidad, redimida por mi Hijo, se aleja más de Dios. …

El demonio de la lujuria lo ha contaminado todo. ¡Pobres hijos míos…!, cuán enfermos y llagados están. El espíritu de rebeldía contra Dios ha seducido a la humanidad; el ateismo ha entrado en muchas almas y ha apagado toda luz de fe y de amor.” “Este es el ” dragón rojo” del que se ha hablado en la Biblia. ¡Leedla hijos, porque en estos tiempos se cumple.”

Cuántos hijos míos son ya víctimas de este error de Satanás. Incluso entre mis Sacerdotes, cuántos son los que no creen ya; sin embargo, permanecen aún en la Iglesia, verdaderos lobos vestidos de corderos, y pierden un ilimitado número de almas. Ya NADA puede detener la Mano de la Justicia de Dios, que pronto se desencadenará contra Satanás y sus secuaces… (…) ¡Si los hombres lo supieran, quizá se arrepentirían! Pero, ¿quién ha escuchado mis mensajes? (…) Casi ninguno. Pocas almas, desconocidas…

¡Estad en vela, estad preparados! Pronto mi Corazón Inmaculado triunfará.” (1 -12¬-1973).

31 de diciembre de 1982:

“La copa de la divina justicia está colmada, extra-colmada y desbordante. Mirad cómo se propaga el odio y el pecado. Hoy, la mayoría de los hombres no observan ya los diez Mandamientos del Señor… Cada año en el mundo, se mata a niños inocentes, por decenas de millones en el seno de la madre, y crece el número de los homicidios, violencias, rapiñas y secuestros. La inmoralidad se propaga como un diluvio de fango… (…) Sólo una potente fuerza de oración y de penitencia reparadora puede salvar al mundo”…

“¡Escuchad al menos ahora la voz de vuestra Madre Celestial! Rezad siempre vuestro Rosario. Vivid Conmigo en la confianza y en el temor, porque se preparan horas decisivas que marcarán el destino de toda la humanidad.”

ELENA PATRIARCA LEONARDI

Religiosa, alma víctima por los pecadores, fundadora de la “Casa del Reino de Dios y Reconciliación de las Almas” en Roma.

Recibe actualmente mensajes muy apremiantes sobre el próximo castigo:

“Hija Mía, estoy muy triste y mi Corazón está lleno de dolor. La violencia y las drogas han destruido a tanta juventud; Satanás ha tomado posesión de muchos corazones y les sugiere que Dios no existe. … Volved a la casa del Padre, saciándoos del Cuerpo y de la Sangre de mi Hijo… De mi Hijo todavía no tenéis piedad: Hostias y Crucifijos rezuman sangre. ¡Volved a Jesús! … ¡Arrepentíos!

“¿Cómo puedo salvaros si no me escucháis? … Caerán llamas del Cielo, y los impíos lo sufrirán; derrumbamientos y terremotos sobre la humanidad que no se arrepiente. La tierra se abrirá bajo sus pies y no habrá misericordia. … Satanás quiere triunfar. Traiciones al Papa: la masonería se lanza contra la Iglesia, el Papa será calumniado; le quieren matar; vivirá días de dolor. … Hija mía, no puedo ya detener la mano de la Justicia de Dios. ¡Cuántas advertencias he dado y ninguno las quiere creer!”… Habla, no temas, y no escondas lo que te digo.”

Naciones sin Dios serán el azote escogido por Dios mismo, para castigar a la humanidad sin respeto y sin escrúpulos. Después un gran castigo caerá sobre el género humano, FUEGO y HUMO caerán del cielo, las aguas de los océanos se volverán vapores, y la espuma se levantará arrollando a la humanidad, por todas partes a donde se mire habrá angustia, miseria y ruina; quedaréis en completa oscuridad. Mares que se alzarán provocando muerte y desolación”…

¿CUANDO SUCEDERÁ TODO ESTO?

Dios, tan pródigo en avisar con tiempo a los hombres para darles oportunidad de evitar los castigos, raramente da fechas. Sin embargo hay suficientes indicaciones, que emergen del conjunto total de los mensajes, para darnos una idea aproximativa.

SANTA BRÍGIDA (1303-1373)

“Cuarenta años antes del año 2000, el demonio será dejado suelto por un tiempo para tentar a los hombres. Cuando todo parecerá perdido, Dios mismo, de improviso, pondrá fin a toda maldad. La señal de estos eventos será: cuando los sacerdotes habrán dejado el hábito santo, y se vestirán como la gente común, las mujeres como los hombres y los hombres como las mujeres.”

San ANSELMO (siglo XIII)

“¡Ay de ti, villa de las siete colinas (Roma) cuando la letra K sea aclamada dentro de tus murallas! Entonces tu caída estará próxima, tus gobernantes serán destruidos. Has irritado al Altísimo con tus crímenes y blasfemias, perecerás en la derrota y la sangre.”

( Nota: K = KAROL, nombre del Papa Juan Pablo II)

San VICENTE FERRER (1350-1419)

“Advertid que vendrá un tiempo de relajación religiosa, y catástrofes como no lo ha habido ni habrá. En aquel tiempo las mujeres se vestirán como hombres y se comportarán a su gusto licenciosamente, y los hombres vestirán vilmente como las mujeres. Pero Dios lo purificará todo y regenerará todo, y la tristeza se convertirá en gozo.”

San JUAN BOSCO (1850-1886)

“Italia será sumida en la desolación. Francia castigada. Roma conocerá el exterminio, el Padre tendrá que huir. Habrá una lucha terrible entre la luz y las tinieblas. Cesará la oscuridad, lucirá un sol espléndido. La tierra está arrasada, muchísimos han desaparecido. El Papa vuelve. El pecado tendrá fin”.

SAN PIO X, Papa hasta 1914

Se puso un día, en el curso de una audiencia, muy pálido y como ausente. El mismo explicó después a su secretario: “que tuvo la visión de un Papa futuro huyendo del Vaticano, sobre el cadáver de sus Cardenales”.

MAXIMILIANO KOLBE, padre franciscano recién canonizado:

“Un día la bandera de la Inmaculada Virgen María ondeará sobre el Kremlin (centro del poder comunista), pero antes, la bandera roja flotará sobre el Vaticano”. Es decir: Rusia se convertirá, pero no sin que antes el comunismo (sus errores, y el ateismo) lleguen hasta el mismísimo Vaticano, la sede del Papa.

FÁTIMA

La Virgen se apareció en 1917, de Mayo a Octubre. El mundo estaba envuelto en la primera guerra mundial. Nadie hablaba todavía del peligro comunista que comenzaría con la “Revolución de Octubre”. El 13 de Julio 1917 la Stma. Virgen dijo:

“Esta guerra (1914 -18) está por concluir; pero si los hombres no cesan de ofender al Señor comenzará otra, y peor. Para impedirla, vendré a pedir la Consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si se atienden mis deseos Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán destruidas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.”

Pidió mucha penitencia, mucha reparación y oración, “que cambiasen de vida los hombres, y no ofendiesen con el pecado a Nuestro Señor, y rezasen el Rosario diariamente”. La niña Jacinta de Fátima, en su lecho de muerte, repitió: “Si los hombres se arrepienten, el Señor les perdonará; pero si no cambian de vida, vendrá al mundo el CASTIGO MÁS TERRIBLE que se ha conocido.”

También Sor Lucía, videntes de Fátima, declaro: “Si el mundo no se convierte TODAS las naciones conocerán el azote del comunismo”, y le declaró en 1957-1958, al Padre Agustín Fuentes:

“Creedme, Padre, el Señor castigará al mundo muy pronto. El castigo es inminente. La Señora me ha dicho que los otros medios (el Santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón), son despreciados por los hombres. Ella angustiada nos da la última ancla para escapar a los castigos, que es ELLA MISMA. (¿las apariciones?). Pero si no la escucháramos, y encima la ofendiéramos, no seríamos perdonados. Padre, es urgente que nos demos cuenta de la terrible realidad, no queremos asustar a las almas, pero”…

(Publicado en Roma con Imprimátur. 1961.)

¿CÓMO PUEDE UN DIOS DE AMOR CASTIGAR TAN DURAMENTE?

¡Precisamente por AMOR! Cuando Dios ve que se salvarán más almas castigando al mundo, y no dejándolo hundirse cada vez más en sus vicios y violencias: “A aquél que Yo amo, Yo le castigo…” (Apc. 3,19.) No sería la primera vez que tres cuartas partes de la humanidad perece. En la famosa peste de mediados del siglo XIV, la poblaci6n de Europa, de 100 millones, se redujo a 25.

¿ PORQUÉ NOS ENVÍA DIOS ESTOS ANGUSTIOSOS AVISOS?

1.) Para SER FIEL a sus promesas. ¿No dice el Profeta: “¿Hay una desgracia, sin que la haya avisado el Señor? (Amós 3,6-7). No, porque cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará…, “porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oye, y les hará saber las cosas que van a suceder” (Juan 16,13).

2.) Para EXHORTAR a la conversión. Con la amenaza de castigo y como lo hizo Jonás en Nínive. Los castigos son anunciados para dar tiempo a evitarlos. Son condicionados: ” Si el mundo no se convierte…” (Fátima.)

3.) Para AVIVAR la Fe en la Providencia Divina, al comprobarse que las predicciones se realizan. Sin preaviso, los buenos creerían que Dios les tiene abandonados.¬

4) Para LEVANTAR la esperanza, cuando venga el castigo. A la par de un castigo inminente, se habla de una época posterior de felicidad. Son los castigos del parto de un mundo mejor. “FINALMENTE MI CORAZÓN INMACULADO TRIUNFARA.”

Si Dios avisó a Sodoma y Gomorra de su inminente destrucción…, ¡cuánto más lo hará y lo hace a su Esposa, a su cuerpo Místico, la Iglesia en sus santos, en SU Santísima Madre, a través de personas humildes que El elige.¬

¿NO DICE LA BIBLIA NADA SOBRE ESTOS CASTIGOS?

¡Claro que sí lo dice! Pero por el abuso que hacen de las profecías bíblicas algunos hermanos separados, hemos preferido citar textos de Santos. Sin embargo abundan textos bíblicos que hablan de una gran PURIFICACIÓN del mundo, un Juicio de las Naciones.

a) “El Señor devastará la tierra y la dejará asolada, trastornará la superficie de ella y dispersará sus habitantes… (…) por cuanto el Señor así lo ha decretado. La tierra es profanada por sus habitantes, pues han transgredido las leyes, violado los mandamientos, por eso la maldición devorará la tierra. y quedará solamente un pequeño número.” (Isaías 24, 1).

b) “Yahvé viene en medio del fuego para derramar su ira con furor mediante llamas de fuego. Porque Yahvé ejerce el juicio con fuego y con la espada a toda carne, y serán muchos los que perecerán por la mano de Yahvé. Mandaré a los sobrevivientes y vendrán todos a postrarse delante de Mí, dice el Señor.” (Isaías 66,15-23).

c) “Y sucederá en toda la tierra que dos terceras partes perecerán. Y la tercera parte quedará en ella. Ellos invocarán mi nombre” (Zacarías 13, 8-9.) Véanse también Sofonías I, 14¬ 17; 3¬9 etc. etc.

¿DEBEMOS CREER EN ESTOS PROFETAS?

El Padre Antonio Royo M., O.P., doctor en teología y profesor de una facultad pontificia, en su libro “Teología de la Perfección Cristiana”, (B.A.C., Madrid ), dice:

“Siempre han existido almas ilustres con el espíritu de profecía. Es un hecho reconocido por la Sagrada Escritura y por la autoridad de la Iglesia… Discutir esta posibilidad… sería desconocer uno de los caracteres de santidad de la verdadera Iglesia y el soberano poder de Dios. Nuestra fe se apoya en la Revelación divina. Nadie está OBLIGADO a creer en las revelaciones privadas, sin embargo, sería muy reprensible contradecirlas o ponerlas en ridículo, después de la aprobación de la Iglesia.”

Dicha aprobación de la Iglesia no intenta garantizar su autenticidad; declara simplemente que nada encierra contrario a la Sagrada Escritura y a la doctrina católica, y puede proponerse como probable a la piadosa creencia de los fieles.

El Papa Benedicto XIV nos dice que hay que dar Fe Humana a las revelaciones privadas aprobadas por la Iglesia, como son las de Santos canonizados, o los escritos publicados con imprimatur, con licencia eclesiástica, y que sería temerario despreciarlas.” Ya dijo San Pedro Canisio:

“Hay menor peligro en creer y recibir lo que con alguna probabilidad nos refieren personas de bien, (cosa que no está reprobada por los doctos), antes que rechazar todo con espíritu temerario y de desprecio”.

PARTE 3

“¿Hay alguna desgracia, sin que la haya causado el Señor? NO, porque el Señor no hace nada

SIN REVELAR sus designios a los profetas.” Amós, 3, 6-7

¡REGRESA…! ¡REGRESA, OH HUMANIDAD!

PADRE STEFANO GOBBI, fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal. (M.M.S.)

Nuestra Señora trasmitió un mensaje urgente para todos los sacerdotes del mundo, por medio del Padre Gobbi, cuando los Directores Nacionales de este Movimiento se hallaban reunidos en San Marino. La Santísima Virgen pide a los sacerdotes que traten de llegar a todos sus hijos. Se publicó en un “Boletín Especial”, con dicho mensaje, para darlo a conocer a todos los pueblos del mundo: ¡REGRESA…! ¡REGRESA, HUMANIDAD! –

El 3 de Julio de 1987, Nuestra Señora habla a sus sacerdotes:

“Amados hijos… (. ..) ¿Por qué os he llamado para reuniros otra vez aquí arriba? Porque en este Año Mariano, consagrado a mí, he querido teneros junto a Mí, como una madre que reúne a sus hijos para recomendarles algo que lleva muy dentro del corazón. Para haceros mi última recomendación, la cual os debe acompañar en vuestro difícil viaje. (…) Mis Tiempos ya Llegaron.” (…)

En todos los países a los que regreséis, debéis proclamar y difundir este mensaje maternal, ansioso y urgente: ¡Retornad…! Retornad inmediatamente al Dios de vuestra salvación y de vuestra paz. El tiempo que se os ha concedido para vuestra conversión está casi terminando. Los días están contados. Regresad inmediatamente por camino del retomo al Señor si queréis ser salvados.” “Amados hijos, tengo necesidad de voces que difundan mi voz, de manos que me ayuden, de pies que vayan por todos los caminos del mundo. Necesito que este urgente mensaje mío llegue a todas las partes del mundo. Vosotros debéis ser mis mensajeros. Anunciad este angustioso llamamiento mío, para el retorno al Señor.” (…)

TIEMPOS DEL GRAN CASTIGO

“Estos son los Tiempos del gran Castigo. La copa de la divina justicia está llena, más que llena, está desbordándose. La iniquidad cubre toda la tierra. La Iglesia, por decir así, está oscurecida por la difusión de la apostasía y del pecado. … Las horas más dolorosas y sangrientas están en preparación para vosotros. Estos tiempos están más cerca de lo que pensáis.

Pronto tendrán lugar algunos de los grandes acontecimientos, referentes a lo que Yo predije en Fátima, y he dicho, bajo secreto, a los niños, a quienes aún sigo apareciéndome en Medjugorje. Por tanto, traed a todos mis hijos al refugio de mi Corazón Inmaculado. Llamadlos.” (…)

“Amados hijos, buscad en vuestros caminos a los que están alejados, a los pequeños, los pobres, los abandonados, los perseguidos, los pecadores, los adictos a las drogas, los que son víctimas del reinado de Satanás. Quiero salvar a todos mis hijos. (…) Quiero salvarlos a todos por medio de vosotros. En el tiempo del castigo, ellos deben ser protegidos y defendidos.”

TIEMPOS DE LA GRAN MISERICORDIA

“Estos son mis tiempos, porque son los tiempos de la gran misericordia. (…) La gran misericordia vendrá a vosotros como fuego abrasador de amor, y será traído por el Espíritu de Amor que se os da por el Padre y el Hijo, de modo que el Padre se vea pronto glorificado en una nueva creación al Señor Jesús, que vendrá a restaurar su reino, y a ser amado por sus hermanos.

El Espíritu Santo…, ¡sí!, bajará como un fuego, pero de un modo diferente del Primer Pentecostés. Será un fuego que quema y limpia, transforma y santifica, que renueva la tierra desde sus mismos fundamentos, que abre los corazones a una realidad de vida y lleva a las almas a la plenitud de santidad y de gracia. Vosotros conoceréis un amor que es más grande, y una santidad que es más perfecta que ninguna de las que habéis conocido hasta ahora.” (…)

LOS PORTADORES DE ESTE MENSAJE

Estos son los tiempos de la gran misericordia. Estos son los tiempos del triunfo de mi Corazón Inmaculado. Por eso os he querido aquí arriba. Ahora debéis regresar para ser los portadores de este mensaje. Llevad a todas las partes del mundo esta urgente súplica mía. Reunid a todos en el cenáculo de mi Corazón, a fin de prepararlos para vivir la esperada vigilia de los nuevos tiempos que ya llegaron y están ahora a vuestras puertas. No os desaniméis por las dificultades que os saldrán al paso. Yo soy vuestro consuelo.”

“… Recibo también a todas las almas que me encomendéis, a vuestros seres queridos, a todas las personas que amáis, a todos vuestros hermanos más apartados. No olvidéis a ninguno. Venid todos juntos, yo soy la Madre de todos –de todos.

Vosotros sois los instrumentos para traer a todos mis hijos a mi corazón. Con vosotros, con todos vuestros seres queridos, con las almas confiadas a vuestro cuidado. Yo os bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

( Imprimatur: James J. Byrne, S.T.D. Arzobispo Emérito de Dubuque, Fiesta de la Asunción 15 de Agosto de 1987.)

CONCLUSIÓN

Si Dios avisó a Nínive, y a Sodoma y Gomorra de su inminente destrucción… ¡Cuánto más lo hará y lo hace a Su Esposa, Su Cuerpo Místico, por medio de personas humildes que Él elige! Es trágico que la gente sólo cree en las profecías, cuando es demasiado tarde.

Así sucedió con Fátima. Sólo al iniciarse la segunda guerra mundial, que nuestra Madre del Cielo quería evitarnos, fue tomado en serio el mensaje de Fátima, y aceptado por la Iglesia. Hasta entonces el obispo de Lisboa había prohibido a los sacerdotes predicar sobre los hechos de Fátima, o ir allí en peregrinación. ¡Qué lástima que el hombre no sabe comprender las lecciones del pasado!

La juventud ha sobrepasado todo límite. La insistencia desenfrenada en los goces de la tierra ha degradado su espíritu. El mal ejemplo de los padres prepara las familias al escándalo, y a la infidelidad, en vez de prepararlas a la virtud y a la oración. Divorcio, aborto. Madres que matan a sus propios hijos en su seno. ¡Cuántas vidas humanas tiradas a las alcantarillas, que gritan venganza al Cielo! Decía el Padre Pío “si una madre, que ha abortado, no llora amargamente su delito y se confiesa, ya está en el infierno!”

Y, ¿qué será de los médicos condescendientes, lucrándose exterminando vidas humanas indefensas? Pensad que en el estado de Nueva York, de cien mujeres que conciben un hijo, 60 abortan, y sólo 40 quieren llevar el hijo a término. ¡Y todavía hay gente que se extrañaría de que Dios castigara al mundo…!

Lo asombroso más bien, es que Dios no haya intervenido todavía, cuando en el presente, el mundo es diez veces peor que Nínive.

La Hermana Lucía de Fátima en su Comunicado al Padre Agustín Fuentes, en 1958, nos dijo: “Padre, es urgente que nos demos cuenta de la terrible realidad. No queremos atemorizar a las almas, pero es una llamada urgente a la realidad: el Castigo es inminente. Si no escuchamos a María misma, no seremos perdonados”.

La Venerable MARÍA DE AGREDA, mística española, nos dice: “La cólera divina camina despacio hacia la venganza, pero el atraso del Castigo será compensado por su enormidad.” (Esta vez se prepara una limpieza total de esta sociedad deshonesta y rebelde.)

Por último una enseñanza para muchos sacerdotes que piensan que “todo está bien, no hay razón para alarmar a la gente”, y no quieren saber nada del “Saber de los Santos”, en sus revelaciones privadas:

“Perece mi pueblo por falta de conocimiento. Ya que tú, sacerdote, has rechazado el saber, yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; más tal será el pueblo como el sacerdote.” Oseas 4.

“Dios va a castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la tierra!…Al primer golpe de su espada fulminante las montañas y la naturaleza entera temerán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los cielos…”

Mensaje de la virgen en La Salette, Francia en 1846

Hoy como nunca la humanidad se ha apartado de Dios y los pecados de los hombres claman al cielo. Las apariciones y revelaciones marianas han caído y siguen cayendo en oídos sordos. Las lágrimas de María, desde La Salette en 1846 hasta nuestros días, han estado tan perfectamente escondidas que la humanidad las ignora. Por eso, la espantosa cólera de su Hijo amado no es sospechada ni siquiera por los que consagran diariamente su cuerpo y su sangre. Y el mundo sigue su “feliz” y alucinante trayectoria. Sin embargo, múltiples y unánimes profecías afirman que nuestra época es la designada para la saciedad de Dios. ¡Esta es la gran realidad y la profunda verdad que ha estado oculta y a la que tendrán que dar cuentas a Dios quienes resulten responsables de tan trágica omisión!

Muchos se sorprenden al oír de castigos de Dios, pues piensan que Dios es sólo y únicamente infinitamente bueno y no puede castigar a nadie. Y eso es un error. Dios, insistimos, es la Bondad misma pero también es la Justicia misma y da a cada quien según sus obras, y la consecuencia del pecado es precisamente la muerte y el sufrimiento. Dios no es que quiera castigarnos; Dios es Justo y quiere que todos los hombres se salven, pero el castigo surge por la misma consecuencia del pecado que Dios permite por su justicia, para motivar a que el hombre pueda convertirse de sus pecados.

María Santísima reiteradamente habla del gran castigo y de la purificación al mundo:

“Dios va a castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la tierra!, Dios va a derramar su cólera y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos.

“La sociedad está en vísperas de las más terribles calamidades y los más grandes acontecimientos. Se verá obligada a ser gobernada por una vara de hierro y a beber el cáliz de la cólera de Dios…

“…Al primer golpe de su espada fulminante las montañas y la naturaleza entera temerán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los cielos. París será quemado y Marsella engullida. Varias grandes ciudades serán sacudidas y engullidas por terremotos…

“…Se cambiarán las estaciones. La tierra no producirá más que malos frutos. Los astros perderán su movimiento regular. La luna no reflejará más que una leve luz rojiza. El agua y el fuego causarán en el globo terrestre movimientos convulsivos y horribles terremotos que tragarán montañas, ciudades, etc.

“…¡Ay de los habitantes de la tierra! Habrá guerras sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas; habrán lluvias de un granizo espantoso para los animales; tempestades que arruinarán ciudades; terremotos que engullirán países; se oirán voces en el aire; los hombres se golpearán la cabeza contra los muros; llamarán a la muerte y, por otra parte, la muerte verá su suplicio… Roma pagana desaparecerá; caerá fuego del cielo que consumirá a tres ciudades; el universo entero será preso del terror y muchos se dejarán seducir por no haber adorado al verdadero Cristo, que vivía entre ellos. Ha llegado el tiempo: el sol se oscurece; sólo la fe vivirá.

“…Entonces el agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras del orgullo de los hombres y todo será renovado…” (fragmentos del mensaje de La Salette, 1846).

“…Si atendieran a mi pedido Rusia se convertirá y habrá paz; sino, ella esparcirá sus errores por el mundo promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas…” (fragmento del mensaje de Fátima, Portugal, 1917).

Es bueno recordar aquí que toda la profecía de desgracia es siempre condicional, son amenazas paternales por parte de Dios, para forzarnos a volver a Él por medio de santos temores. He aquí porque hay que tener empeño en propagarlas como un excelente medio de conversión, puesto que el temor de Dios es el principio de la sabiduría, de la salud y de la virtud de los pecadores. La justicia de Dios estallará ciertamente, tarde o temprano, sobre las naciones impías; porque las naciones no teniendo eternidad, deben ser castigadas aquí abajo, visiblemente.

“El pecado de los consagrados claman al cielo y atraen la venganza. Va a venir un gran castigo sobre toda la humanidad como jamás se ha visto. Si no me escuchan habrá muchas muertes y la Iglesia irá decayendo… El Papa será martirizado. Estáis al borde de los últimos tiempos. El juicio de las naciones está muy cerca. El día del calor está próximo.

“Dios Padre va enviar dos castigos muy grandes. Uno en forma de guerras, revoluciones. El otro castigo del cielo: en varias naciones grandes terremotos; vendrá sobre la tierra una oscuridad intensa que durará tres días, nada será visible, el aire será nocivo… los fieles deberán permanecer en sus casas rezando el Rosario y pidiendo a Dios misericordia; el castigo destruirá a dos terceras partes de la humanidad.” (mensaje dado en Escorial, España, 1983).

“Ved se acercan los días en que voy a venir por medio del trueno y el fuego pero voy a encontrar, para mi aflicción, ¡A muchos de vosotros inconscientes y profundamente dormidos! Os estoy enviando, OH creación, mensajero tras mensajero para romper vuestra sordera, pero estoy harto de vuestra resistencia y apatía…

“Está a punto de ser roto el sexto sello (Apoc 6, 12) y todos vosotros seréis precipitados en la oscuridad donde no habrá luz alguna pues el humo salido del abismo será como el de una enorme hoguera que ocultará el sol y el cielo.” (Apoc 9,2). Y a causa de Mi Copa de Justicia voy a haceros semejantes a serpientes y víboras. En esos días de oscuridad os haré arrastrar sobre el vientre y comer el polvo. Os aplastaré contra el suelo para recordaros que no sois mejores que las víboras…

“Cuando oigáis señales de truenos y veáis destellos de relámpagos, sabéis que ha llegado la hora de Mi Justicia. La tierra se estremecerá y como estrella fugaz se moverá (Is 13.13) de su sitio arrancando de sus lugares montañas e islas. Naciones enteras serán aniquiladas y el cielo desaparecerá como un pergamino que se enrolla (Apoc 6, 14)… Vuestra incredulidad os condena, porque rechazasteis creer en Mi tiempo de Misericordia y prohibisteis que Mi Voz se propagara a través de mis portavoces enviados a advertir y salvar a Mis Criaturas” (mensaje dado por el Sagrado Corazón a Vassula Ryden el día 18 de febrero de 1993).

“Diles que Mi misericordia y Mi cólera me pertenecen por igual; que soy Poderoso para perdonar y para derramar furor. Y Mi misericordia es grande pero mi severidad también lo es…”

“Ya veis, hija, pronto voy a revelar Mi justicia. Mi plan tiene un tiempo determinado. Mis llamadas misericordiosas tienen también un tiempo determinado. Una vez que se haya acabado el tiempo de misericordia, mostraré a todos, buenos y malos, que Mi severidad es tan grande como Mi misericordia, que Mi ira es tan potente como Mi perdón. Todas las cosas predichas por Mí van a pasar rápidamente ahora…” (19 de febrero de 1993).

“Para que el mundo conozca Su ira, el Padre celestial está por enviar un gran castigo a la humanidad” (mensaje de María Santísima en Akita, Japón, el 3 de agosto de 1973).

En Medjugorie, Bosnia-Herzegovina (Yugoslavia), la Santísima Virgen además de sus mensajes reveló diez secretos a cada uno de los seis videntes. Los secretos noveno y décimo son muy graves y se refieren a un castigo por los pecados del mundo. María Santísima le ha dicho a la principal vidente Mirjana, que el castigo es inevitable, que se puede disminuir su intensidad por medio de oración y la penitencia, pero que no puede ser eliminado.

“Un castigo peor que el diluvio está por sobrevenir a esta pobre y pervertida humanidad. Descenderá fuego del cielo y esta será la señal de que la Justicia de Dios habrá fijado entonces la hora de su gran manifestación” (mensaje de la Virgen al Padre Gobbi, 15 de septiembre de 1987).

“En la tierra, dos tercios serán destruidos y perecerán; y un tercio permanecerá. Yo haré pasar a este tercio por este tercio por el fuego, lo refinaré como la plata, y lo pondré a prueba como el oro” (22 de noviembre de 1992).

“Di a toda la humanidad que se prepare; ha llegado el momento de la purificación de toda la humanidad. Una gran oscuridad cubrirá al mundo. Los cielos temblarán. Los rayos y relámpagos resplandecerán como nunca se han visto en el mundo” (mensaje de la Virgen a Cristina Gallagher, 30 de enero de 1991).

Revelaciones Privadas a Místicos y Santos

A continuación vamos a citar aquí algunas profecías de diversas almas que han sido canonizadas y elevadas a los altares por la Iglesia; o que fueron reconocidas como almas de gran virtud en su vida terrena.

Es impresionante cómo las profecías provenientes de estos hombres e inspiradas por Dios, coinciden de manera extraordinaria con el mensaje mariano. Aquí vamos a detallar simplemente lo referente a la purificación o castigo de la humanidad.

“Después del año 1900 hacia la mitad del siglo XX, el pueblo de ese tiempo será muy distinto, y según se aproxime el advenimiento del Anticristo, la perversidad irá creciendo. Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán. Las apariencias de las personas cambiarán a tal extremo que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello. El verdadero amor desaparecerá en la mayoría y se exaltará la voluptuosidad y el sexo. Los pastores y obispos, así como los sacerdotes y muchas almas consagradas, se convertirán en presuntuosos y arrogantes invadidos por la vanidad y soberbia de su humana sabiduría y serán inútiles e incapacitados para discernir entre el camino recto y el camino del mal.

“La codicia, el adulterio, la homosexualidad y las acciones secretas, sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc. reinarán sobre la sociedad de ese tiempo.

“A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de las personas, el pueblo en general se verá privado del don del Espíritu Santo y en la Iglesia de Dios escasearán los verdaderos pastores piadosos por la indiferencia con respecto a la divina veneración del Señor en sus Iglesias… todo esto será resultado del inminente reinado del Anticristo… y será entonces cuanto la justicia divina caerá sobre la faz de la tierra contra toda la raza humana…”

Resulta impresionante como San Nilo Ermitaño del siglo V predice con tanta exactitud la forma de vida de las personas en el tiempo que estamos viviendo, y que además nos afirma que antecede todo esto a la inminente aparición del Anticristo.

“Dios enviará dos castigos: uno en forma de guerras, revoluciones y peligros originados en la tierra; y otro enviado del cielo. Vendrá sobre toda la tierra una oscuridad intensa que durará tres días y tres noches. Nada será visible y el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará, aunque no exclusivamente, a los enemigos de la religión” (Beata Ana María Taigi, 1769-1837).

“Vendrán tres días de grandes tinieblas… durante esos días los demonios aparecerán en formas horribles y abominables y harán resonar el aire con espantosas blasfemias… las tres cuartas partes de la humanidad serán aniquiladas. El castigo será mundial” (María Julia Jahenny,1850-1941).

“Una tempestad de fuego caerá en la tierra. El mundo será lanzado a una nueva y más terrible guerra. Este castigo terrible que nunca se ha visto en la historia de la humanidad durará 70 horas. Los ateos serán aplastados y aniquilados y muchos se perderán porque permanecerán en la obstinación de sus pecados” (Madre Elena Aiello, fundadora de las Hermanas Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor, estigmatizada. 1961).

“El fuego y el humo descompondrán el mundo, las aguas de los océanos se convertirán en fuego y vapor. Las espumas se elevarán anegando a Europa y todo se hundirá bajo una lava de fuego. Los pocos elegidos que vivan envidiarán a los muertos” (Teresa Musco, 1956).

“Este día tan terrible vendrá, será el día de la justicia, el día de la ira de Dios… los ángeles tiemblan al pensar en ese día… habla a las almas de la gran misericordia de Dios, mientras haya tiempo. Si te quedas en silencio ahora, serás responsable de la pérdida de un gran número de almas en aquel día terrible. No tengas miedo y sé fiel hasta el fin” (Santa Faustina Kowalska, propagadora de la Divina Misericordia, 1933).

“Está próximo a caer sobre el mundo un castigo terrible, que excederá a cuanto haya acontecido en la historia de la humanidad” (Teresa Newman, estigmatizada 1952).

Sagradas Escrituras

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento refieren con claridad el Juicio de las Naciones que Dios va a desatar en contra del mundo, que es un día de tinieblas y de oscuridad. Veamos algunas citas:

Isaías:

“En la última parte de los días Él juzgará a las gentes y dictará sus leyes a numerosos pueblos” (2). “Pues el Señor está irritado contra todas las naciones, airado contra el ejército de ellas. Las destina al matadero, las entrega al exterminio y sus muertos quedarán abandonados… porque es el día de la venganza de Yavéh, el año de hacer justicia a Sión” (34).

“He aquí que el Señor devastará a la tierra y la dejará asolada, trastornará la superficie de ella y dispersará a sus habitantes… y quedará solamente un corto número” (24, 1, 6).

Jeremías:

“El Señor entra en Juicio con las Naciones para juzgar a todas, para entregar a los impíos a la espada, palabra del Señor. Así dice el Señor a los ejércitos. He aquí que el mal pasará de una nación a otra y un gran huracán se desencadenará desde los extremos de la tierra. He aquí que se desata el torbellino de Yavéh, tempestad furiosa que se precipita y descarga sobre la cabeza de los impíos. No se calmará el ardor de la ira del Señor hasta realizar y cumplir sus designios. Vosotros los conoceréis al fin de los tiempos” (25, 30 y 30, 23).

Miqueas:

“Al fin de los tiempos… juzgará a muchos pueblos y ejercerá la justicia sobre las naciones poderosas y hasta las más lejanas” (4, 1-3).

Salmos 109, 5-6; 149, 7-9:

“Yavéh estará a tu diestra, quebrantando reyes el día de tu ira. Juzgará a las naciones, llenando la región de cadáveres; aplastará cabezas en vasto campo y tomará venganza de la gente y castigará a los pueblos…”.

Sofonías:

“Cerca está el día grande del Señor; próximo está y llega con suma velocidad… día de ira es aquel, día de angustia y aflicción día de devastación y tinieblas.” (1, 14-16).

Como hemos dicho anteriormente, el día del Señor que el profeta anuncia será el Juicio de las Naciones que reciben su castigo.

Joel:

“Tiemblen todos los habitantes de la tierra que se acerca el día de Yahvé. Día de tinieblas y oscuridad” (2, 2).

Zacarías:

“Sucederá en toda la tierra, dice el Señor, que dos partes de ellas serán dispersadas y perecerán y la tercera quedará en ella. Esta tercera la haré pasar por el fuego, y la purificaré como se purifica la plata, y la acrisolaré como se acrisola el oro. Ellos invocarán mi nombre, y Yo los escucharé propicio. Yo diré: pueblo mío eres tu, y él dirá tú eres mi Dios y Señor” (13, 8-9).

Por su parte, San Pedro dice lo siguiente:

“Y ante todo debéis saber cómo en los postreros días vendrán, con sus burlas, escarnecedores que viven según sus propias concupiscencias y dicen: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que murieron los padres, todo permanece igual desde el principio de la creación.

“Es que voluntariamente quieren ignorar que en otro tiempo hubo cielo y hubo tierra, salida del agua y en el agua asentada por la palabra de Dios; por lo cual el mundo entonces pereció anegado en el agua, mientras los cielos y la tierra actuales están reservados por la misma palabra para el fuego, en el día del juicio y el de la perdición de los impíos” (II, 2; 3-10).

San Pablo:

“… Sabéis bien que el día del Señor llegará como el ladrón en la noche. Cuando se dice: paz y seguridad, entonces, de improviso, le sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la preñada, no escaparán” (I Tes 1, 5, 1-3).

Profecía de Jesucristo

“Cuando oigáis que hay guerra y rumores de guerras y de sediciones no tengáis miedo: es preciso que todo esto suceda antes, pero todavía no es el fin. Pues se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino. Habrá grandes temblores de tierra y en diferentes sitios, habrá hambres y pestes. Habrá prodigios espantosos y grandes señales en el cielo. Todo esto no será más que el comienzo de los grandes dolores… entonces muchos desfallecerán y unos a otros se traicionarán y se odiarán mutuamente… y con el crecer de la maldad, se enfriará la caridad de la gran mayoría…” (Mc 13, 5-12; Lc 21, 8-17).

“Y habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra habrá consternación de la gente, inquieta por el estruendo del mar y de las olas; enloquecerán los hombres de miedo y de inquietud por lo que viene sobre la tierra.” (Lc 21, 25-26).

“Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna perderá su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.” (Mt 24, 20).

Fijémonos cómo nuestro Señor Jesucristo habla de que “las fuerzas de los cielos serán sacudidas”.Para poder entender con claridad este término de Jesucristo veamos lo que dice el profeta Isaías al respecto:

“Porque las esclusas de lo alto han sido abiertas, y se estremecen los cimientos de la tierra. Estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se bambolea la tierra, vacila la tierra como un beodo, se balancea; pesa sobre ella su rebeldía, cae y no volverá a levantarse” (24, 18-20).

En el mismo sentido, dice el profeta Jeremías lo siguiente:

“Y retiembla la tierra, y da vueltas, por haberse cumplido contra Babilonia los planes de Yahvé, de convertir la tierra de Babel en desolación sin habitantes” (51, 29); y algunos Salmos coinciden en lo mismo:

“Fuego irá delante de ella y abrazará alrededor a sus enemigos. Alumbrarán sus relámpagos la redondez de la tierra y toda ella fue conmovida” (96).

“Ha sacudido la tierra, la has hendido; sana sus grietas, pues se desmorona” (Salmo 60-4).

Son también constantes los textos donde se habla de una oscuridad tanto física como espiritual que habrá de vivir la humanidad. Dice el Salmo 82 “no saben ni comprenden; caminan en tinieblas, todos los cimientos de la tierra vacilan”. Aquí se habla tanto de oscuridad espiritual como de oscuridad física.

Algunos textos respecto a la oscuridad física son los siguientes:

Dice Jeremías:

“Miré a la tierra, y he aquí que era un caos; miré a los cielos, y faltaba su luz. Miré a los montes, y estaban temblando, y todos los cerros trepidaban. Porque así dice Yahvé: desolación se volverá toda la tierra, aunque no acabaré con ella. Por eso ha de enlutarse la tierra, y se oscurecerán los cielos arriba; pues tengo resuelta mi decisión y no me pesará ni me volveré atrás de ella” ( 4, 23 y 27-28).

El profeta Joel dice al respecto:

“¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el día de Yahvé, porque está cerca! Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla. Ante Él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor” (Joel 2, 1-2; 2, 10).

El Apocalipsis también expresa lo siguiente:

“Y vi cuando abrió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto, y el sol se puso negro como un saco de crin, y la luna entera se puso como sangre; y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como deja caer sus higos la higuera sacudida por un fuerte viento. Y el cielo fue cediendo como un rollo que se envuelve, y todas las montañas e islas fueron removidas de sus lugares. Y los reyes de la tierra y los magnates y los jefes militares y los ricos y los fuertes y todo siervo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre los peñascos de las montañas. Y decían a las montañas y a los peñascos: “caed sobre nosotros y escondednos de la faz de Aquél que está sentado en el trono y de la ira del Cordero; porque ha llegado el gran día del furor de ellos y ¿quién puede estar en pie?” (6, 12-17).

Así está pues escrita la profecía de la Santísima Virgen, las revelaciones de los grandes santos y místicos, y por encima de todo, la palabra de Dios en la Sagrada Escritura. Y esta misma palabra de Dios dice que “el cielo y la tierra pasarán, pero que sus palabras no pasarán” (Mt 24, 35). Sin embargo, la realidad de las cosas actual es que los hombres les importa muy poco el mensaje de María Santísima, así como también les importa muy poco que la Sagrada Escritura hable de estos últimos tiempos y mencione el Juicio de las Naciones y el día del gran castigo del Señor, porque el mundo está alucinado con el dinero, el placer, la fama, la gloria, con los bienes engañosos de este mundo que distraen y le encaminan por el ancho sendero de la condenación eterna. Por eso que a nadie le extrañe que el hombre de hoy siga su vida como si nada pasara, comprando y vendiendo, fundando nuevas organizaciones, casándose y divorciándose, fundando familias, haciendo grandes planes para el futuro en el orden político, social, deportivo, económico, etc. pues así se cumplen ni más ni menos que la profecía de nuestro Señor Jesucristo:

“Como sucedió en los días de Noé, así serán los días del Hijo del Hombre. Comían y bebían, tomaban mujeres los hombres, y las mujeres marido, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio y los hizo perecer a todos”.

“Lo mismo en los días de Lot, comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban: pero en cuanto Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre que los hizo perecer a todos. Así será el día en que el hijo del hombre se revele.”

“Mirad por vosotros mismos, no sea que vuestros corazones se emboten por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, y caiga de improviso sobre vosotros aquel día, como un lazo: porque esto acaecerá para todos los habitantes de la tierra.”

“Velad y orad, pues, en todo tiempo para que podáis escapar a todas estas cosas que habrán de venir, y comparecer seguros ante el hijo del hombre” (Mt 24, Lc 21 y Mc 13).

Fuente: Gloria.tv

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