El encuentro del Papa y el niño con Síndrome de Down

El Papa se detiene a saludar a un niño con síndrome de downEn la audiencia general del miércoles 16 de marzo 2016 ha pasado desapercibido un gesto delicado del Papa Francisco hacía un niño con Síndrome de Down presente entre la multitud de la Plaza de San Pedro.

Un gesto simple, pero profundo, lleno de un mensaje implícito de respecto y de dignidad, apropósito del día mundial del Síndrome de Down que se celebra este 21 de marzo.

El papa Francisco se acerca poco a poco al niño, cómplice el papá del menor que lo tiene en brazos y le extiende su mano sin tocarla, sin invadir lo que en psicología social se llama “espacio vital”.

Ah, es Francisco, vale!

Francisco extiende su mano con los dedos hacia arriba hasta llegar a pocos centímetros de la palma de la mano del infante, que observa desorientado a ese hombre extraño vestido de blanco, sonriente y expectante de serle amigo…El niño le mira y escruta sibilino el extraño que espera y finalmente: ¡Ah, vale, es Francisco, choque ese cinco!

Antes de tocar la mano del infante, en esos pocos centímetros de estreches, un universo de respeto y de consideración por quien es digno y merecedor de un esfuerzo para ganarme su confianza, no importa que su interlocutor sea el mismo Papa en persona.

!Finalmente un choque de manos con el Papa!

En esta fecha especial que fue instaurada para recordar la característica congénita de la trisomía 21, que determina el Síndrome de Down, es un buen momento para considerar este pequeño gesto del Papa que encierra un mundo de tolerancia, amor y deseo de encuentro con todas las personas, especialmente de aquellas diversamente hábiles.

No es la primera vez que El Papa realiza semejantes gestos de ternura hacia las personas diversamente hábiles: durante el encuentro con los jóvenes en el Estadio de Morelia (Michoacán) en México, hizo subir a dos jovencitas con Síndrome Down que no se atrevían a aceptar la invitación. El video recoge este momento, uno más de cercanía paterna en los que se ha prodigado el pontífice.

En ese sentido, y en esta jornada también se torna indispensable el llamado a un sistema educativo basado en los principios de normalización, integración e inclusión ya que, como ha confirmado la UNESCO en 1996; la educación puede ser un factor de cohesión social si procura transformar la diversidad en un factor positivo.

Fuente: Aleteia

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