Gloriosa Santa Ana, Patrona de las familias cristianas, a Ti encomiendo mis hijos. Se que los he recibido de Dios y que a Dios les pertenecen por tanto te ruego me concedas la gracia de aceptar lo que su Divina Providencia disponga para ellos.
Bendíceles oh Misericordiosa Santa Ana, y tómalos bajo tu protección. No te pido para ellos privilegios excepcionales; sólo quiero consagrarte sus almas y sus cuerpos, para que preserves ambos de todo mal. A Ti confío sus necesidades temporales y su salvación eterna.
Imprime a sus corazones, mi buena Santa Ana, horror al pecado; apártales del vicio; presérvales de la corrupción; conserva en su alma la fe, la rectitud y los sentimientos cristianos; y enséñales, como enseñaste a Tu Purísima Hija la Inmaculada Virgen María, a amar a Dios sobre todas las cosas.
Santa Ana, Tu que fuiste Espejo de Paciencia, concédeme la virtud de sufrir con paciencia y amor las dificultades que se me presenten en la educación de mis hijos. Para ellos y para mí, pido Tu bendición, oh Bondadosa Madre Celestial.
Que siempre te honremos, como a Jesús y María; que vivamos conforme a la voluntad de Dios; y que después de esta vida hallemos la bienaventuranza en la otra, reuniéndonos Contigo en la gloria para toda la eternidad.
Amen
Santa Teresa de Lisieux: el camino hacia lo eternoEn un contexto marcado por la represión… Read More
Estamos en el monte de la oración y luego en medio de la multitud, donde… Read More
La Iglesia católica anuncia la canonización de Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, proclamados Santos… Read More
La lectura del Evangelio del día del 8 de septiembre nos pone delante de la… Read More
Con el Evangelio del día del 7 de septiembre nos encontramos ante palabras de Jesús… Read More
Con el Evangelio del día del 6 de septiembre encontramos a Jesús que nos invita… Read More