No me mueve, mi Dios, para quererte
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévanme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
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