Te doy gracias, Jesús mío, porque te me das a Ti mismo en el Santísimo Sacramento y tanto lo enriqueces con el tesoro de tu amor que no hay otro don mayor para mí. Te doy gracias por haberte hecho alimento para mí y ofrecerte constantemente en sacrificio a tu eterno Padre por mi salvación.
Te doy gracias, Jesús amadísimo, por haberte hecho la Víctima inapreciable que merece plenitud de favores celestiales. Despierta en mi tal confianza que desciendan gracias cada vez más abundantes y fructuosas sobre mi alma. Te vivo agradecido por ofrecerte a ti mismo en acción de gracias a Dios por todos los beneficios espirituales y temporales que Él me ha otorgado.
En unión con tu propio ofrecimiento en el santo Sacrificio de la Misa te pido esta gracia particular (mencione el favor que desea)
Concédemelo, si es conforme a tu Santa Voluntad. Quiero también recibir de Ti la gracia de perseverar en tu amor y servicio fielmente, una santa muerte y la eternidad contigo en el Cielo. Amén.
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