Jesús, aquí estamos, los dos frente a ti, como aquel día en que recibimos el sacramento del matrimonio. Como aquel día en que bendijiste nuestro amor. Pero ahora Jesús estamos derribados, secos, lejos de ti, sin el agua de tu amor.
Y ya nuestro amor se ha secado, derrama tu Santo Espíritu sobre nosotros, para que nos limpie, nos lave, nos restaure y nos renueve, para que ese amor que tú bendijiste brote nuevamente.
Jesús, corta y libera toda atadura de ambos al pecado, aleja todo espíritu de infidelidad, paséate por nuestra familia, por nuestro hogar, bendice a nuestros hijos, bendice nuestras vidas. Permite, Señor, que yo sea lo que mi esposo/a anhela, y que él/ella sea lo que yo anhelo.
Señor, restaura ese sacramento fuerte por el que estamos unidos. Sana, Jesús.
Jesús, que la Sagrada Familia se mude a mi hogar, para que sepamos criar a nuestros hijos, al estilo de María y José, y para que nuestros hijos sean como Tú. Mándanos a tus santos ángeles, a los arcángeles san Rafael, san Gabriel y san Miguel, para que nos protejan.
Derrama tu preciosa sangre sobre este matrimonio, sobre el hogar, sobre la familia, y Madre María, cúbrenos con tu manto. Amén.
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