La misteriosa licuefacción de la reliquia de la sangre rara vez ha ocurrido fuera de la fecha “canónica”.
La sangre seca de San Genaro, que se conserva en dos frascos de vidrio en la Catedral de Nápoles, se licua tradicionalmente tres veces al año:
–el 19 de septiembre la fiesta del santo, que conmemora su martirio en el calendario litúrgico católico;
–el 16 de diciembre de la fecha de la erupción del Monte Vesubio en 1631, que se cree que fue detenido gracias a la intervención del santo;
Según la leyenda, la sangre de San Genaro fue recogida por una mujer llamada Eusebia justo después de su muerte.
La práctica de la recolección de sangre en busca de reliquias era una práctica común a partir de los días de la persecución de los primeros cristianos.
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Las telas embebidas en la sangre derramada de los mártires o, la sangre líquida recogida en frascos se conservaban como artículos devocionales.
En las catacumbas estos frascos eran enterrados con los muertos. Su descubrimiento indicaba que la persona había muerto como un mártir.
Lo que en verdad ocurre puede ser descrito así en forma breve:
Está en un relicario de plata que de alguna manera sugiere por su forma y tamaño una pequeña lámpara de carruaje de dos redomas unidas.
La ampolla menor contiene sólo restos de sangrey no nos ocuparemos de ella aquí.
La ampolla más grande, es un frasquito con forma de garrafa de diez centímetros de altura y cerca de cinco y medio de diámetro.
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Está llena en más de la mitad con una masa oscura y sólida, absolutamente opaca cuando es llevada ante la luz y no muestra ningún desplazamiento cuando el relicario es volteado hacia abajo.
Es más, debido al hecho de que la masa oscura en el frasco está protegida por el grosor del cristal, presumiblemente es poco afectada por la temperatura del aire que lo rodea.
Dieciocho veces cada año un busto de plata en que se cree contiene la cabeza del Santo es expuesto en el altar y el relicario ya descrito es sacado y llevado por el oficiante a la vista de la concurrencia.
Esto sucede: 1) el sábado anterior al primer domingo de mayo y los ocho días siguientes, 2) en la fiesta de San Genaro (19 de septiembre) y durante la octava, y 3) el 16 de diciembre-
El oficiante usualmente toma el relicario por sus extremos, sin tocar el cristal, y de cuando en cuando lo voltea hacia abajo para advertir cualquier movimiento perceptible en la masa oscura de la redoma.
Ésta se torna líquida y de un color más o menos carmesí, y en algunas ocasiones comienza a derretirse y burbujear, aumentando su volumen.
Entonces el oficiante anuncia: “Il miracolo é fatto”, se canta un Te Deum y el relicario conteniendo la sangre licuefacta es llevado a la balaustrada del altar donde los fieles pueden venerarlo besando el depósito.
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