Poderosísimo Santo Niño:
te saludo, te alabo en este día
y te ofrezco estos rezos:
(tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias),
en memoria de la jornada que hiciste
encarnado en las purísimas e inmaculadas entrañas
de tu dulce y amabilísima Madre,
Por la fe que en ti tengo, escucha mis ruegos,
por la confianza que en ti deposito,
concédeme lo que con humildad solicito:
(pedir lo que se desea alcanzar).
Yo, que te amo sobre todas las cosas,
quiero alabarte sin cesar,
junto a los coros de Querubines y Serafines,
adornados de perfectísima sabiduría.
Espero, preciosísimo Santo Niño de Atocha,
Sé que no saldré desconsolado de ti,
y que además tú me concederás una buena muerte,
para así acompañarte en el Belén de la Gloria.
Amén.
Rezar la Salve y el Credo.
León XIV y el Borgo Laudato si’ se encuentran en Castel Gandolfo: el viernes 5… Read More
El amor a Dios no es estático ni distante, sino un movimiento que involucra a… Read More
El Papa León XIV nos recuerda una tarea urgente: curar a las personas heridas sin… Read More
La canonización de Pier Giorgio Frassati, celebrada en la plaza de San Pedro por el… Read More
En el Evangelio del día del 13 de septiembre, Jesús habla con imágenes sencillas pero… Read More
Carlo Acutis nos deja una pregunta que interpela profundamente, una reflexión que va más allá… Read More