Sal 21,8-9.17-18a.19-20.23-24
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
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