En nuestra vida tenemos muchas situaciones que necesitan discernimiento. ¿Qué trabajo debería aceptar? ¿Qué casa debería comprar? ¿Debería casarme con mi novio/a? ¿Dios me está llamando al sacerdocio? ¿Cuántos hijos Dios nos llama a tener?
¿Qué deberíamos hacer en situaciones así?
La Iglesia siempre ha sugerido recurrir a la Santísima Virgen María cuando encontramos desafíos de este tipo. La misma Santísima Virgen María tuvo que tomar muchas decisiones difíciles durante su vida. Por ejemplo, no hay más que mencionar la Anunciación, cuando el ángel Gabriel acudió a ella para anunciarle que sería la madre del Hijo de Dios. Nadie le obligó a hacerlo y ella decidió libremente aceptar la voluntad de Dios. ¡Qué pequeñas parecen nuestras decisiones en comparación a las suyas!
En honor a Nuestra Señora del Buen Consejo, el papa Pío XII compuso una poderosa oración que evoca su intercesión ante los que afrontan decisiones difíciles. Si necesitas ayuda celestial para tomar una elección, reza esta oración:
Virgen Santa, movido/a por la dolorosa incertidumbre que experimentamos en la búsqueda y adquisición de la verdad y el bien, nos arrojamos a tus pies y te invocamos bajo el dulce título de Madre del Buen Consejo. Te imploramos: ven en nuestro auxilio, durante nuestra estancia terrenal, en estos momentos en que la pareja de la oscuridad del error y el mal trazan nuestra ruina descarriando las mentes y los corazones.
Trono de la Sabiduría y Estrella del Mar, ilumina a las víctimas de la duda y del error de modo que no puedan ser seducidas por el mal que se disfraza como bueno; fortalécelas contra la hostilidad y las fuerzas de corrupción de la pasión y del pecado.
Madre del Buen Consejo, obténnos de tu Divino Hijo el amor a la virtud y la fuerza para elegir, en situaciones dudosas y difíciles, el camino acorde a nuestra salvación.
Sostenidos por tu mano haremos este viaje de tránsito terrenal sin daño a lo largo del sendero enseñado por la palabra y el ejemplo de Jesús nuestro Salvador, tras el Sol de la Verdad y la Justicia en libertad y seguridad a través del campo de batalla de la vida bajo la dirección de tu maternal Estrella, hasta que finalmente lleguemos al puerto de salvación para disfrutar contigo la paz eterna y pura.
Amén.
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