En el Nombre del Señor Jesús, a quien confesamos como único Señor y Dios, el Verbo de Dios hecho carne, Hijo único que ha derramado su Sangre por nosotros, te invocamos Jesús, te pedimos que nos protejas a todos los aquí presentes, que no permitas ninguna perturbación, ninguna atadura, ningún ataque.
María nuestra buena Madre, Reina de los Ángeles, envía tus Ángeles a protegernos.
Señor Jesús protégenos, ármanos, confiamos en tu Victoria sobre el príncipe de este mundo, y hacemos nuestra esa victoria tuya, y la reclamamos ahora para todos. Confiamos que el príncipe de este mundo ha sido echado ya fuera, y como hijos en la casa de su Padre, con plena seguridad y confianza, no permitiremos ninguna perturbación, la rechazaremos en el Nombre del Señor Jesús. Amén.
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