Un mensaje de reconciliación para cristianos y musulmanes: “¿Nos atrevemos a forjar amistad con personas que pertenecen a otra religión?”
San Charbel Makhlouf es su santo patrón. Le venera hasta el punto de visitar el Monasterio de Annaya el día 22 de cada mes y cada vez que siente la necesidad de orar y hablar con él.
Es chií practicante, pero está abierta a otras religiones y a la humanidad. Es libanesa y se ha forjado su reputación a través de su trabajo como reportera y presentadora en los medios de comunicación Douniya Al y Al Mayadin.
Roula Bahsoun desvela los detalles de su relación con el santo de Líbano, durante una llamada telefónica con Aleteia:
Según explica, “san Charbel es también el patrón de los musulmanes, nos invita a visitarle el 22 de cada mes para ayudarnos y sanarnos. Le veo mucho en mis sueños. La primera vez me dio un brazalete de su mano derecha, diciendo: ‘Consérvalo’. Tuve otro sueño en el que subía a la ermita donde lo encontré. Encendí una vela y le escuché decir: ‘Ven aquí’.
Vi un hombre de gran tamaño que llevaba sotana. De inmediato reconocí su gran parecido con el retrato que se muestra en el monasterio y el cuadro que tengo de él en casa. San Charbel sabe cuánto le amo y mi corazón se regocija cada vez que escucho su nombre”.
A Bahsoun le gusta visitar el monasterio maronita en Annaya y le gusta aprender del maestro del convento, apartado del alboroto del mundo.
Venera a Charbel, se arrodilla, llora y habla con él. Dice Bahsoun: “Puedo sentirle, no puedo describir la sensación, hablo con él como si lo tuviera delante de mí y siento una extraña tranquilidad”.
Roula dice que la frase “No hay más dios que Dios” estaba grabada en el brazalete que le dio san Charbel.
También vio a santa Rafka en su sueño: “La vi en una casa destruida con una única ventana pequeña con vistas a un lugar bonito donde la gente vivía en paz. Había una iglesia y una mezquita cerca de la casa. Rafka iba vestida de blanco y marrón, con una cruz colgada al cuello. Me dijo: ‘Tienes que salir por la ventana, la ventana de la alegría’”.
Roula afirma que estos sueños de Charbel y Rafka son mensajes de reconciliación. “Cristianos y musulmanes debemos vivir juntos en amor y en paz”.
Comparte el relato de su experiencia para mandar un mensaje a los lectores de Aleteia: “Durante estos miles de años, los hijos de Oriente siguen matando y oscureciendo el mensaje que Dios les entregó, que es un mensaje de amor y paz dirigido a todos nosotros, sin importar las diferencias entre religiones. ¿Por qué los ateos viven en paz y por qué nosotros, que hemos recibido la paz de Dios, somos incapaces de vivirla?
Los santos han partido de este mundo y han experimentado la paz, y las oraciones de san Charbel curaron tanto a musulmanes como a cristianos. ¿Cómo entonces no entendemos el mensaje de Dios hacia nosotros?
Roula concluye con un comentario sobre la relación entre cristianos y musulmanes: “Seguimos diciendo que queremos vivir juntos, pero ¿acaso nos atrevemos a forjar amistad con personas que pertenecen a otra religión? Yo, como musulmana, no encuentro problemas a la hora de construir relaciones con personas que profesan otras religiones, porque todos somos seres humanos antes que seguidores de una u otra religión en particular.
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