Bendito seas, oh Señor Dios nuestro, porque tu guías nuestros pasos. Tu bendices nuestras entradas y salidas; desde que nacemos hasta que morimos, nos tienes bajo tu cuidado. Bendice esta puerta, Oh Señor, la cual consagramos para este tiempo de preparación.
Cada día que pasemos por este lugar, atráenos mas profundamente hacia tu presencia y a las maravillas de tu amor por nosotros. Tu eres la puerta del Reino de los Cielos, la puerta hacia la vida eterna. Oh Portal de eterna paz, nuestro nuevo y vivo camino, desata nuestros pecados y abre para nosotros la puerta de la salvación.
Oh Dios, protege nuestras entradas y salidas; permítenos compartir la hospitalidad de este hogar con todos aquellos que nos visiten. Que los pobres encuentren descanso dentro de estos muros y todos los que padecen hambre encuentren alivio en nuestro hogar.
Guíanos Señor hacia ti, por tu misericordia, y llévanos contigo a la Patria celestial. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
La fe es un grito que nace del corazón, un deseo profundo de luz cuando… Read More
La perseverancia es el aliento oculto de los discípulos, la fuerza silenciosa que sostiene en… Read More
La oración perseverante es el hilo que une al hombre con Dios incluso en los… Read More
El día del Hijo del hombre es un llamado que atraviesa los siglos, una invitación… Read More
En Belén, la Gruta de la Natividad vuelve a ser símbolo de luz y renacimiento.… Read More
En el mensaje dirigido a la Conferencia Nacional sobre las Adicciones, el Papa León XIV… Read More