En aquella hora Jesús se lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».
Palabra del Señor
El Evangelio del día 6 de agosto nos presenta uno de los momentos más intensos… Read More
Con el Evangelio del día 5 de agosto, Jesús se revela como una presencia viva… Read More
Con el Evangelio del día 4 de agosto nos encontramos ante uno de los episodios… Read More
En un encuentro especial con cientos de neófitos y catecúmenos franceses, el Papa León XIV… Read More
Una espléndida reflexión de Cristo se nos presenta en el Evangelio del día 3 de… Read More
Con el Evangelio del día del 2 de agosto, el evangelista Mateo nos presenta un… Read More