“Queridos hijos, mi vida terrena era simple: amaba y me hacían feliz las pequeñas cosas; amaba la vida, don de Dios, también si los dolores y sufrimientos rompían mi Corazón. Hijos míos, tenía la fuerza de la fe e ilimitada confianza en el amor de Dios. Todos aquellos que tienen la fuerza de la fe son más fuertes. La fe te hace vivir en lo justo, y entonces la luz del amor divino llega siempre en el momento deseado. Esta es la fuerza que sostiene en el dolor y en el sufrimiento. Hijos míos, orad por la fuerza de la fe, confiad en el Padre Celestial y no tengáis miedo. Sabed que ninguna criatura de Dios se perderá, sino que vivirá para siempre. Todo dolor tiene su fin, y después comienza la vida en libertad, allí donde todos mis hijos vienen, donde todo retorna. Hijos míos, vuestra lucha es dura: lo será todavía más; pero vosotros seguid mi ejemplo. Orad por la fuerza de la fe, confiad en el amor del Padre Celestial. Yo estoy con vosotros, yo me manifiesto a vosotros, yo os fortalezco; con ilimitado amor maternal acaricio vuestras almas. Os doy las gracias”.
La Virgen ha bendecido a todos los presentes y todos los objetos de devoción traídos para ser bendecidos. Después, como la Reina de la Paz desea, los sacerdotes han bendecido a todos los presentes y todos los objetos religiosos.
León XIV y el Borgo Laudato si’ se encuentran en Castel Gandolfo: el viernes 5… Read More
El amor a Dios no es estático ni distante, sino un movimiento que involucra a… Read More
El Papa León XIV nos recuerda una tarea urgente: curar a las personas heridas sin… Read More
La canonización de Pier Giorgio Frassati, celebrada en la plaza de San Pedro por el… Read More
En el Evangelio del día del 13 de septiembre, Jesús habla con imágenes sencillas pero… Read More
Carlo Acutis nos deja una pregunta que interpela profundamente, una reflexión que va más allá… Read More