Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor
Es la fiesta de este joven santo, amado no sólo por los salesianos, sino por… Read More
Comenzamos con una simple oración desde nuestro corazón. Oración Oh María, oh dulcísima, oh dueña… Read More
Medjugorje: ¿Qué tiene que decirnos hoy la Reina de la Paz? Mensaje del 25 de… Read More
Ofrecimiento para todos los días ¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo.… Read More
Salmo 30,3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu Sé la roca de mi refugio,… Read More
Evangelio según San Juan 20,11-18. En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús: «¿Y qué… Read More