Luego de la celebración de la santa misa los peregrinos comenzaron a observar atónitos y a tomar fotos del Ayate del Tepeyac al ver con sus propios ojos como desde el vientre de la imagen comenzó a brillar una intensa luz.
La imagen de la Virgen comenzó como a “retirarse” y comenzó a brillar una luz intensa que salía de su vientre esta luz tomó forma de un embrión.
Esta forma coincide exactamente tanto en forma como también en su ubicación al de un embrión en el vientre materno.
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