Por tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido
como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos.
Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección
te hemos reconocido como el Cordero sacrificial,
mediador entre el Padre y nosotros mismos.
Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección
para unirnos en el ofrecimiento del sacrificio de Ti mismo
por la participación de tu Sacerdocio en la Eucaristía.
Así pertenecemos a tu Reino en la tierra, haciéndonos tu pueblo santo.
Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote,
concédenos tu Espíritu de Amor y Vida que nos una a ti,
Sacerdote y Víctima, para que el plan de salvación
para todos los pueblos se establezca dentro de nosotros.
Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote,
concédenos tu Espíritu de Sabiduría y unión,
la Iglesia, para ser tus testigos en el mundo.
Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote,
tu cruz remedie nuestros males, tu Resurrección nos renueve,
tu Espíritu Santo nos santifique, tu Realeza nos glorifique
y nos redima tu Sacerdocio, para que podamos unirnos contigo
como tú lo estás con el Padre en el Espíritu Santo.
Señor, Jesús, reúnenos a todos en tu Persona –Víctima,
Sacerdote, Rey– por el banquete salvador de la Eucaristía
que tú y nosotros ofrecemos en el altar del Sacrificio,
ahora y durante todos los días de nuestra peregrinaciónpor este mundo.
Cuando nos llames a tu Reino celestial, entonces podamos participar
con el Padre y el Espíritu Santo por toda la eternidad.
Amén.