En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
Palabra del Señor
Recemos juntos en este cuarto día de la Novena, donde San Carlo Acutis nos invita… Read More
Con el Evangelio del día del 6 de octubre estamos ante una de las parábolas… Read More
La lectura del Evangelio del día del 5 de octubre nos coloca ante una de… Read More
En este tercer día de la Novena a San Carlo Acutis nos dejamos guiar por… Read More
Un reconocimiento raro y cargado de significado: el Papa León XIV ha decidido proclamar a… Read More
En este segundo día de novena miramos una vez más a la vida de San… Read More