San Bernabé, tu que conoces el camino de la luz, tu que llegaste a la meta final. Intercede por nosotros ante Dios para guiarnos por esta senda justa. Amando al que nos ha creado, siendo simples de corazón y ricos en Espíritu Santo. Que abandonemos toda hipocresía, y todo aquello que nos pueda separar de nuestro Dios.
Que nos olvidemos de nosotros y seamos humildes en todas las cosas que hagamos. Saber que todo lo bueno que hagamos es por gracia de Dios y todo lo malo es por nuestra falta de amor, por olvidarlo. Que hagamos el bien, aunque recibamos el mal, y no alimentemos nuestros corazones con orgullo.
Haz que cuidemos todo aquello que sale de nuestra boca, que nuestra lengua se frene y no hable precipitadamente porque puede ser un instrumento de destrucción si la usamos mal.
Ayúdanos San Bernabé a ser alegres, firmes en la fe y llevarla a todo el mundo y así poder llevar más almas a los brazos del Señor, siendo útiles instrumentos de salvación.
Amén.
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