En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados.»
Dijo, dirigiéndose al paralítico: «Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.”» Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor
La página del Evangelio del día del 21 de agosto nos introduce en una parábola… Read More
Una invitación fuerte y universal llega desde Roma: el Papa León XIV llama a los… Read More
En el corazón de Roma, a finales del siglo XVI, una decisión papal contribuyó a… Read More
La lectura del Evangelio del día del 19 de agosto nos pone delante de palabras… Read More
Con el Evangelio del día del 18 de agosto nos encontramos ante un encuentro que… Read More
Con el Evangelio del día del 17 de agosto nos encontramos ante un anuncio de… Read More