Una imagen que invita a reflexionar aquella de este sacerdote que según los testigos, fue derribado a golpes por la policía mientras distribuía la comunión.
El hecho ocurrió el 8 de agosto de 2012 y la foto fue hecha por uno de los presentes después del ataque, en la aldea de Gangjeong (Corea del Sur). La policía negó este acto.
El sacerdote de la imagen es el padre Bartholomew Mun Jung-hyun, quien al momento de la agresión, celebraba la misa a poca distancia de una base naval que el gobierno estaba construyendo en la zona, y que se temía causaría un grave impacto medioambiental a los habitantes de las poblaciones locales
Pero más allá de lo ocurrido, lo que sorprende es que este hombre de Dios, aunque golpeado y derribado, sólo se preocupaba de proteger a Jesucristo, su Señor, recogiendo hasta la más pequeña partícula de la Eucaristía que hubiere caído al suelo.
Una imagen que dice más sobre el sacerdocio que mil tratados de teología.
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