Después de la Comunión tenemos un momento de unión íntima con el Señor, donde le expresamos nuestro agradecimiento por donarse a nosotros, por su inmenso amor.
Esta es una oración compuesta por San Ignacio de Loyola para rezar en ese momento y en otros en que nos ponemos en la presencia de Jesús
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Amén.
Gracias Señor por permitirme ser parte de ti, quédate conmigo, quiero seguir en tu presencia siempre, dame la gracia de lograrlo, y si me alejo Señor que siempre vuelva a ti.
Te amo con todo mi corazón, que sea un instrumento de tu paz, de esperanza, de luz, alegría y de tu amor
Amén
Puede interesarte -> Medjugorje, agua bendita sobre la Virgen: “Si eres Satanás, ¡vete!”
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
La fe es un grito que nace del corazón, un deseo profundo de luz cuando… Read More
La perseverancia es el aliento oculto de los discípulos, la fuerza silenciosa que sostiene en… Read More
La oración perseverante es el hilo que une al hombre con Dios incluso en los… Read More
El día del Hijo del hombre es un llamado que atraviesa los siglos, una invitación… Read More
En Belén, la Gruta de la Natividad vuelve a ser símbolo de luz y renacimiento.… Read More
En el mensaje dirigido a la Conferencia Nacional sobre las Adicciones, el Papa León XIV… Read More