En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Palabra del Señor
En el Evangelio del día del 28 de octubre, Jesús nos muestra que toda vocación… Read More
En el Evangelio del día del 27 de octubre, Jesús nos revela que la verdadera… Read More
En el Evangelio del día del 26 de octubre, Jesús nos habla de la única… Read More
Hay una palabra que atraviesa el Evangelio del día del 25 de octubre como un… Read More
En el calendario de los grandes eventos del Año Santo, el 11 y 12 de… Read More
Hay un profundo pensamiento de San Carlo Acutis que encierra en pocas palabras un gran… Read More