R/.Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.
Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R/.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios,
a quien se refugia a tu derecha. R/.
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.
En la tradición católica, existe una jerarquía angélica bien definida, dividida en "coros", cada uno… Read More
San Juan, dentro del cristianismo primitivo, desempeñó un papel de primerísima importancia. También en lo… Read More
El Santo Pontífice Juan Pablo II pronunció palabras sobre el dolor que, aún hoy, nos… Read More
Hay un aspecto de la Virgen María conocido por pocos. Este aspecto podría cambiar definitivamente… Read More
Hay una fuerza oculta que puede cambiar nuestra forma de pensar, de hablar y de… Read More
Cada Santa Misa es un encuentro. ¿Pero con quién? La sorprendente enseñanza de Benedicto XVI… Read More