¡Oh, Divina Providencia,
concédeme tu clemencia
y tu infinita bondad.
Arrodillado a tus plantas,
Concédeles la salud,
llévalos por el buen camino,
que sea siempre la virtud
la que los guíe en su destino.
Tú eres toda mi esperanza,
tú eres el consuelo mío
en lo que mi mente alcanza,
en ti creo,
en ti espero,
y en ti confío.
Tu divina providencia
se extiende a cada momento,
Que así sea.
Especificar la petición y rezar La Salve y tres Avemarías.
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