¡Oh mi Dios, donde estas que no te encuentro!,
No te veo en mí caminar,
He avanzado rápido por mi camino,
Y no percibo aún tu presencia.
¡Oh mi Dios!, cuanta angustia hoy me acompaña,
Mi fragilidad se empieza a desvanecer,
A mi lado veo al enemigo,
En mi vida solo encuentro peligro,
No puedo más, ven prontamente a ayudarme.
¡Oh mi Dios!, cuanta falta me hace creer en ti,
Hoy abundan los problemas,
Tengo mil cuentas pendientes,
La adversidad y la zozobra son cada día mas constantes,
Todo a mí alrededor es caos y destrucción.
He navegado por mares secos,
Por caminos desiertos,
Un bienestar que nada me aporta,
Una alegría efímera en mi vida,
El pecado y la perturbación me apartaron de tu lado,
Hoy me confieso ante ti.
Te pido que alejes de mí esta angustia,
Que mis afanes no me atropellen más,
Que pueda comprender que tú me amas,
Y entregarme sin dudar a ti,
Hoy es lo que deseo,
Amén.
¿Quién imaginaría que el versículo más largo de la Biblia no se encuentra en los… Read More
¿Qué sucede si Jesús nos pide poner en pausa la oración? En un sorprendente pasaje… Read More
En plena época medieval, la Iglesia vivió lo que pasó a la historia como el… Read More
San Francisco de Asís reflexiona profundamente sobre el verdadero significado de la posesión y, sobre… Read More
Un camino entre espiritualidad, religión, naturaleza e historia que conecta Roma con las costas de… Read More
¿Qué significa, realmente, ser libres?A ofrecernos la respuesta a esta difícil e interesantísima pregunta es… Read More