Jesús mío: ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya;
Quédate en mi corazón en una unión tan íntima
que quienes tengan contacto conmigo
Quédate conmigo.
Así podré convertirme en luz para los otros.
Esa luz, oh Jesús, vendrá toda de Ti;
Te serviré apenas de instrumento
para que Tú ilumines a las almas a través de mí.
Déjame alabarte en la forma que te es más agradable:
llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras
en el camino de otras almas.
Déjame predicar tu nombre sin palabras…
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