Señor, guía mi camino, bendice este y cada uno de mis días futuros. Concédeme tu infinito amor para llevar la vida en paz y con fuerzas.
Desborda mi corazón con tu gracia y hazme consciente de esta felicidad de haberte encontrado y haber sentido que cambiaste el rumbo de mi vida.
No permitas que, como aquellos fariseos, yo tenga la obsesión por eso que es secundario, que ahoga el amor, nubla el perdón y disminuye mi deseo de servirte.
Señor, libérame de esa mirada tan proclive a la acusación y a mirar lo malo del otro. Que no juzgue y que aprenda a ver con ojos de compasión.
Tus mandatos, son fuente de vida nueva y de alegría. Ayúdame a realizar buenas obras con todo lo bueno que has sembrado en mi corazón.
Renueva mi corazón con el fuego de tu Espíritu. Libérame del falso orgullo que me hace creer mejor que otros. Dame el ánimo para no dejarme abatir.
Ven mi Señor, con tu luz y tu sabiduría y ayúdame a entender que, para ser constructor de un nuevo orden, debo confiar en el apoyo de tu gracia.
Que pueda ser reflejo de tu luz, esa luz que promueve la dignidad del ser humano, y que mirar siempre a través de tu Espíritu de tu compasión.
Amén
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