Amigo mío, debes de saber que te amo y tu vida me interesa. Es por eso que he doblado mis rodillas por ti, clamando al Dios omnipotente que te guarde, que en todos tus asuntos te proteja. Le pido a Dios que te de serenidad y te cobije con su luz; si es que hay tinieblas que quieran hacerte tropezar y la negra maldad con amargura quiera quitarte aquello que tú aprecias:
Señor dale a mi amigo paz, muéstrale que no lo has abandonado, que para él hay un propósito especial y para una misión tú lo has llamado. Derrama en él tu Espíritu divino, rodéalo de ángeles que en todos sus caminos peleen por él la cruel batalla por su vida. Que tu poder sane toda enfermedad, toda herida aún abierta del pasado. Sana su cuerpo, sana su alma, sana su mente, da a mi amigo una inesperada bendición que le muestre el Dios soberano que tú eres.
Señor te doy gracias por este bello ángel que has enviado a mi lado, porque aún a veces más cercano que un hermano está; puedo contar con él siempre, así Jesús como también cuento contigo.
Señor bendice a mi amigo amado.
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
El Evangelio del día 1 de agosto nos presenta un texto que nos interpela sobre… Read More
Con el Evangelio del día del 31 de julio, Jesús nos invita a reflexionar sobre… Read More
El Evangelio del día 30 de julio nos presenta dos parábolas breves pero llenas de… Read More
En Perú cobra vida un camino especial ligado a León XIV, un recorrido que une… Read More
La lectura del Evangelio del día 29 de julio nos presenta una de las declaraciones… Read More
San Agustín nos deja palabras que aún hoy arden, nacidas de un corazón inquieto y… Read More