Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo, como compañero de nuestra vida, como Maestro y Redentor: y por haber concedido al Padre Miguel Agustín Pro vivir y morir buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, los hombres y mujeres de México y del mundo.
Te damos gracias, Señor, por el testimonio tan fuerte del P. Pro. Por la entrega, la fidelidad y creatividad con que anunció el Evangelio. Te pedimos nos ayudes a ser también nosotros, en la familia, en el trabajo, en el mundo, testigos y apóstoles de tu Evangelio. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Se dicen las peticiones personales y luego se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Dios y Padre nuestro, que concediste a tu siervo Miguel Agustín en su vida y en su martirio buscar ardientemente tu mayor gloria y la salvación de los hombres, concédenos, a ejemplo suyo, servirte y glorificarte cumpliendo nuestras obligaciones diarias con fidelidad y alegría y ayudando eficazmente a nuestros prójimos. Por Jesucri
León XIV y el Borgo Laudato si’ se encuentran en Castel Gandolfo: el viernes 5… Read More
El amor a Dios no es estático ni distante, sino un movimiento que involucra a… Read More
El Papa León XIV nos recuerda una tarea urgente: curar a las personas heridas sin… Read More
La canonización de Pier Giorgio Frassati, celebrada en la plaza de San Pedro por el… Read More
En el Evangelio del día del 13 de septiembre, Jesús habla con imágenes sencillas pero… Read More
Carlo Acutis nos deja una pregunta que interpela profundamente, una reflexión que va más allá… Read More