En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
Palabra del Señor
Compartimos con ustedes la Homilía de el Obispo Han Lim Moon
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
En la Pacem in terris, Juan XXIII denuncia la ilusión de una paz fundada en… Read More
En el Jubileo de los Jóvenes 2025, León XIV recordó una de las frases más… Read More
León XIV se reunió con los obispos de nueva nominación en el Aula del Sínodo.… Read More
La vida encuentra su esplendor más auténtico en un contexto muy preciso. San Carlo Acutis… Read More
Entre las oraciones cristianas, el Padre Nuestro custodia un misterio de intimidad y confianza que… Read More
En el Evangelio del día del 20 de septiembre encontramos la parábola del sembrador, uno… Read More