R/.Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.
Puede interesarte -> Evangelio de hoy
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
San Pablo nos conduce a uno de los pasajes más profundos y audaces de su… Read More
Hay un misterio profundo que atraviesa cada respiración, cada gesto, cada latido del corazón: la… Read More
El discurso misionero de Jesús, dirigido a los Doce, es uno de los textos más… Read More
La reflexión de Juan Pablo II nos devuelve al corazón de la identidad cristiana: en… Read More
Las palabras de San Francisco de Asís resuenan a través de los siglos con una… Read More
En el pensamiento del Papa León XIV, la oración no es un gesto intimista ni… Read More