Oración muy poderosa para sanar el cuerpo: “Jesús, mi Señor y pastor, mira mi cuerpo”
Jesús, mi Señor y pastor, mírame. Mira mi cuerpo, que es semejante al tuyo.
Soy como una oveja herida necesitada de tus cuidados, Cárgame sobre tus hombros y venda mis heridas Señor.
Mira con ternura mi cuerpo, este cuerpo que es obra de tus amorosas manos. Mira sus enfermedades y sus debilidades. Tu que estas lleno de misericordia, toma cada uno de los órganos del mi cuerpo y dale un poco más de tu aliento de vida.
Pasa Jesús por mis ojos, para que vean mejor la luz y los colores. Toca mis oídos cansados y libéralos de todo mal. Toma mis sentidos y libéralos de toda enfermedad que los debilite.
Pasa amado de mi alma por toda infección de mi sangre y purifícala.
Fortalece con tu poder mis huesos, mi piel y todos mis músculos. Alivia todo dolor con tu caricia.
Aquí tienes a mi corazón Señor que fluya por él tu preciosa sangre y lo liberes de toda obstrucción y de toda perturbación.
Sana también toda raíz del mal que pueda enfermarlo, todo odio, toda desilusión, todo miedo, todo recuerdo desagradable.
Pasa Jesús por mis bronquios y pulmones con tu soplo de amor, para que disfruten del aire que Tú le regalas.
Renueva sus tejidos y libéralos de toda impureza que los alteres. Toca también con una caricia suave todo mi sistema digestivo, tan dañado a veces por mi nerviosismo y angustias. Fortalece también mi hígado, mis riñones, mi páncreas, todos esos órganos que Tú creaste con amor.
Sana mi sistema nervioso, pasa por mis neuronas, por mi cerebro, y pacifica, serena, armonízalo todo, para que pueda vivir con serenidad, con lucidez, con gozo.
Toma también mi sexualidad, Señor pasa por mis órganos genitales, purifícales y sánalos de toda alteración libéralos de toda mala experiencia que los haya debilitado y paralizado.
Adorado Jesús, pasa por cada célula de mi cuerpo restaurándolo, desvuélvele vida y fortaleza a todas las partes de mi cuerpo, abrázalo y penétralo con tu cuerpo santísimo y lleno de salud.
Yo te entrego Señor mi enfermedad, tú conoces las causas de esa enfermedad.
Sana esa raíz enferma que llevo adentro, destrúyela con tu fuego divino.
Pero también te pido que me liberes de todo temor a la enfermedad para que pueda enfrentarla en paz.
Bendice al médico que me atiende, ilumínalo y bendice también a los remedios que deba tomar y a todas las personas que intervengan en mi tratamiento y te doy gracias Señor por que comprendes mi dolor y estas a mi lado para darme fuerzas, mi Dios, todo, mi fin, mi destino. Ayúdame a descubrir tu presencia maravillosa ya que vivir en Ti en medio de cada cosa que me toque vivir. Hazme fuerte con tu poder e ilumina aquellas zonas oscuras de mi alma. Amén.
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