Postrada a vuestros pies,
gran reina del cielo,
yo os venero con el más profundo respeto
y confieso que sois Hija de Dios Padre,
Madre del Verbo Divino,
Esposa del Espíritu Santo.
Sois la tesorera y la distribuidora
de las divinas misericordias.
Por eso os llamamos
Madre de la divina Piedad.
Yo me encuentro en la aflicción
y la angustia.
Dignaos mostrarme
que me amáis de verdad.
Os pido igualmente que roguéis
con fervor a la Santísima Trinidad
para que nos conceda la gracia
de vencer siempre al demonio,
al mundo y las malas pasiones;
gracia eficaz que santifica a los justos,
convierte a los pecadores,
destruye las herejías,
ilumina a los infieles
y conduce los judíos a la verdadera fe.
Obtenednos que el mundo entero
forme un solo pueblo y una sola Iglesia.
Amén.
Puede interesarte -> La terrible profecía de Anna Maria Taigi hace temblar el Papa y Roma
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
El Evangelio del día 1 de agosto nos presenta un texto que nos interpela sobre… Read More
Con el Evangelio del día del 31 de julio, Jesús nos invita a reflexionar sobre… Read More
El Evangelio del día 30 de julio nos presenta dos parábolas breves pero llenas de… Read More
En Perú cobra vida un camino especial ligado a León XIV, un recorrido que une… Read More
La lectura del Evangelio del día 29 de julio nos presenta una de las declaraciones… Read More
San Agustín nos deja palabras que aún hoy arden, nacidas de un corazón inquieto y… Read More