Postrada a vuestros pies,
gran reina del cielo,
yo os venero con el más profundo respeto
y confieso que sois Hija de Dios Padre,
Madre del Verbo Divino,
Esposa del Espíritu Santo.
Sois la tesorera y la distribuidora
de las divinas misericordias.
Por eso os llamamos
Madre de la divina Piedad.
Yo me encuentro en la aflicción
y la angustia.
Dignaos mostrarme
que me amáis de verdad.
Os pido igualmente que roguéis
con fervor a la Santísima Trinidad
para que nos conceda la gracia
de vencer siempre al demonio,
al mundo y las malas pasiones;
gracia eficaz que santifica a los justos,
convierte a los pecadores,
destruye las herejías,
ilumina a los infieles
y conduce los judíos a la verdadera fe.
Obtenednos que el mundo entero
forme un solo pueblo y una sola Iglesia.
Amén.
Puede interesarte -> La terrible profecía de Anna Maria Taigi hace temblar el Papa y Roma
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
En el Evangelio del día del 28 de octubre, Jesús nos muestra que toda vocación… Read More
En el Evangelio del día del 27 de octubre, Jesús nos revela que la verdadera… Read More
En el Evangelio del día del 26 de octubre, Jesús nos habla de la única… Read More
Hay una palabra que atraviesa el Evangelio del día del 25 de octubre como un… Read More
En el calendario de los grandes eventos del Año Santo, el 11 y 12 de… Read More
Hay un profundo pensamiento de San Carlo Acutis que encierra en pocas palabras un gran… Read More