Bendecid a vuestro hijo, ¡oh mi buena Madre! Bendecidme, cuando por la mañana me pongo de rodillas para ofrecer a Dios las acciones del día; cuando voy al trabajo donde me llama el deber; cuando la fatiga, la tristeza o la contradicción vienen a probarme; cuando el enemigo de la salvación se esfuerza en seducirme; y cuando por la noche me dispongo a descansar para mejor cumplir el día siguiente los deberes que me granjearan la verdadera felicidad.
Bendecid a vuestro hijo, ¡oh mi buena Madre! Que vuestra bendición me acompañe de día y de noche, en la consolación y en la tristeza, en el trabajo y el reposo, en la salud y enfermedad, sobre todo a la hora de la muerte, hora en que será fijada mi eterna suerte.
Puede interesarte -> Oración poderosa a la Virgen María Auxiliadora
Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí
San Agustín nos deja palabras que aún hoy arden, nacidas de un corazón inquieto y… Read More
El camino del hombre y de la comunidad a menudo se cruza con desafíos que… Read More
Una entrada solemne que se convierte en oración: en Belén, la misión de paz del… Read More
Las que presenta el Evangelio del día 28 de julio son dos parábolas breves pero… Read More
Con el Evangelio del día 27 de julio, Jesús nos ofrece una guía práctica y… Read More
El Evangelio del día 26 de julio nos presenta la parábola de la cizaña. Esta… Read More