Oh mi Señor Jesús,
verdadero Dios, verdadero hombre,
Rey de los Cielos y de la tierra,
Rey de amor y justicia, Rey de vida y paz,
Rey de nuestros corazones, Rey de mi corazón,
te adoro como mi Dios y mi soberano Señor,
y te pido desde lo más hondo de mi ser
me ayudes a aminorar mis tristezas y aflicciones.
Dame fuerzas cuando me veas desfallecer,
auxíliame para que llegue a mi vida todo lo bueno
y aleja todo lo que me causa desasosiego
para que consiga el equilibrio que tanto preciso.
¡Oh Cristo Jesús! Rey Universal,
te amo por ser mi amigo y hermano,
y te proclamo mi Salvador y Redentor,
tuyo-a soy y tuyo-a por siempre quiero ser,
abre mis ojos, mi corazón y mis manos
para que sepa honrarte como mi único Rey y Señor;
hoy humildemente postrado delante de tu Imagen
y, confiando en las veces que me has dado tu auxilio
te ruego hagas posible mis deseos,
consigue que llegue hasta mi,
ahora que la desesperación me invade,
la misericordia del amado y buen Padre Dios,
para que logre superar mis grandes problemas
y salga con bien en mis necesidades.
Tú que eres poderoso mediador con Dios Padre
ruega para que me envíe pronto alivio
en esta tan difícil situación que me tiene agobiado
y por mi mismo no puedo ni se solucionar:
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano,
Jesús magnánimo y generoso
que siempre estás presente entre nosotros,
te ruego intercedas para que el Altísimo,
que es Eterno, Todopoderoso y amable
sea quien me dé su asistencia una vez más
para que puedan mejorar mis actuales preocupaciones
y consiga la paz y tranquilidad que tanto deseo,
que tus Ángeles lleguen a mi cuanto antes
y sean mis protectores y guardianes
y me acompañen en mi duro caminar.
Y Tú mi buen Jesús, mi amado Jesús,
quédate a mi lado, refúgiame en tu Sagrado Corazón:
que tu Presencia sea la suave luz que necesito
para que la oscuridad y la desesperación se alejen de mi,
que tu Amor me envuelva para que pueda respirar,
que tu justicia aleje todo mal y maldad a mi alrededor
y que tu Verdad sea la que guíe mis pasos.
Bendice la vida de mis seres queridos, bendice mi vida,
bendice mi hogar, mi trabajo y mis actividades,
abre tus divinos brazos y danos calor y comprensión en ellos,
protégenos, ampáranos, condúcenos,
que tus manos siempre abiertas no se aparten de nosotros
y que, por tu bondad y dulce auxilio,
encontremos seguridad y alivio ante toda adversidad.
Y a mi, mi Señor y mi Rey, permíteme seguir tu ejemplo
que tu semilla dé frutos buenos, de amor
y así pueda servir a mis hermanos más necesitados.
¡Gracias Cristo Jesús,
porque me amas y porque yo te amo!
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros y tres Glorias.
La oración junto a los rezos se hacen tres días seguidos,
por la mañana y por la noche.
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