R/. Sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en en Señor
Qué bondad tan grande, Señor,
reservas para los que te temen,
y concedes a los que a ti se acogen
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas;
los ocultas en tu tabernáculo,
frente a las lenguas pendencieras. R/.
Bendito sea el Señor, que ha hecho por mí
Yo decía en mi ansiedad:
«Me has arrojado de tu vista»;
pero tú escuchaste mi voz suplicante
cuando yo te gritaba. R/.
Amad al Señor, fieles suyos;
el Señor guarda a sus leales,
y a los soberbios los paga con creces. R/.
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