Comenzamos con una simple oración desde nuestro corazón.
Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!. Vengo a entregarte lo poco que poseo yo, pues sólo tuyo soy para que lo pongas en oblación ante el Trono de nuestro Señor. Te doy mi voluntad, para que no exista más y sea siempre la Voluntad del Padre Celestial.
Santa Rita de Casia DÍA QUINTO Por la señal... Acto de contrición Señor mío Jesucristo,… Read More
Medjugorje: ¿Qué tiene que decirnos hoy la Reina de la Paz? Mensaje del 25 de… Read More
Salmo 97,1-2ab.2cd.3ab.3cd-4 R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios Cantad… Read More
Evangelio según San Juan 14,7-14. «Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.… Read More
San Francisco es conocido especialmente por su amor por la Creación, pero en sus escritos… Read More
¿Quién hubiera pensado que una simple fruta podría encerrar siglos de simbolismo sagrado? En concreto,… Read More