Comenzamos con una simple oración desde nuestro corazón.
Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!. Vengo a entregarte lo poco que poseo yo, pues sólo tuyo soy para que lo pongas en oblación ante el Trono de nuestro Señor. Te doy mi voluntad, para que no exista más y sea siempre la Voluntad del Padre Celestial.
Salmo 113B,1-2.3-4.15-16 R/. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la… Read More
Evangelio según San Juan 14,21-26. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que… Read More
Hace 105 años nació San Juan Pablo II en la pequeña ciudad de Wadowice, en… Read More
En un mundo que a menudo divide, el Papa Juan Pablo II nos dejó, en… Read More
DÍA SEXTO Por la señal... Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero,… Read More
Comenzamos con una simple oración desde nuestro corazón. Oración Oh María, oh dulcísima, oh dueña… Read More