Con el Evangelio del día del 31 de julio, Jesús nos invita a reflexionar sobre el juicio final a través de la imagen de la red que recoge toda clase de peces: una parábola que habla de inclusión, pero también de verdad y discernimiento.
Del Evangelio según san Mateo
Mt 13,47-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«También sucede con el Reino de los cielos como con una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla, se sientan, recogen los peces buenos en canastas y tiran los malos. Así sucederá al final del mundo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el crujir de dientes.
¿Han entendido todo esto?». Ellos le respondieron: «Sí».
Entonces él les dijo:
«Por eso, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los cielos es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas».
Y cuando terminó de decir estas parábolas, Jesús se fue de allí.
Jesús invita a reflexionar sobre estas palabras para recordar que la libertad del hombre también implica responsabilidad. Vivir en el Reino significa dejarse transformar, convertirse en “peces buenos”, es decir, personas que viven según la justicia, la verdad y el amor.
La reflexión de Jesús, además, es sobre la transmisión de la fe. El verdadero discípulo no rechaza lo antiguo, sino que lo relee a la luz de lo nuevo. Hay continuidad y novedad en la Revelación: el Antiguo Testamento se ilumina en el Nuevo, la Ley se cumple en el amor de Cristo. También nosotros estamos llamados a custodiar y hacer fructificar este tesoro: la Palabra de Dios no solo debe conservarse, sino vivirse, haciéndola actual en los desafíos del presente. Por otra parte, el mensaje de Cristo es más actual que nunca. Estamos llamados a acoger las palabras del Señor, pronunciadas y recogidas en el Evangelio de Mateo, para recibir el amor de Dios que nos quiere consigo, transformados, listos para entrar en sus canastas, signo de la vida eterna preparada para quienes eligen el camino de la luz.
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