La sonrisa de Madre Teresa

“Llevemos en el corazón la sonrisa de Madre Teresa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino”, dijo el papa Francisco en la homilía con motivo de la Canonización de la ‘Sierva de la Caridad’ este domingo 4 de septiembre en la plaza de San Pedro ante más de 100.000 fieles venidos de todo el mundo.

“Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea vuestro modelo de santidad”, sostuvo el Pontífice que ofrecerá un almuerzo para 1500 pobres presentes para el rito.

La nueva santa que nació en Skopie el 26 de agosto de 1910, llegó a la India en 1929, se distinguió por la caridad, el celo, y la alegría. Y difundió su vocación en más de 120 países a través de las casas de las Misioneras de la Caridad.

“Esta incansable trabajadora de la misericordianos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”, explicó.

En esta mañana soleada en Roma, el Pontífice declaró santa a Madre Teresa, en el siglo, Gonxha Agnes Bojaxhiu, muerta el 05 se septiembre de 1997.

“Madre Teresa amaba decir: «Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír». Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren.

Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura”, afirmó Francisco, quien había invitado a la primera misa de pontificado en 2013 en el Vaticano, a los recolectores de cartón de Buenos Aires.

Así, la beata de Calcuta fue inscrita por Francisco en el albo de los santos de la Iglesia católica por ser ‘dispensadora’ de la misericordia divina, defensora de la vida, tanto de los no nacidos como de los descartados por la sociedad.

Según la biografía oficial, ella, el 10 de septiembre de 1946, recibió la llamada de Jesús “a renunciar a todo y a servirlo en los más pobres entre los pobres”.

En este sentido, pidió a los cristianos de verla como un modelo porque ella “se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado”

Asimismo, destacó su valentía ante las injusticias: Ella, “ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos”.

Madre Teresa ha sido llevada a los altares en el contexto del Jubileo, en esta etapa del Año Santo (del 2 al 4 de septiembre), dedicado a los voluntarios y los agentes de la misericordia.

A ellos, el Obispo de Roma dedicó palabras de admiración por su ‘loable servicio’ que da voz a la fe: por los “corazones que “confortan”, las manos que “sostienen” y las “lágrimas secan”. “Cuánto amor derramo en el servicio escondido, humilde y desinteresado”, destacó.

Y sin embargo, “los voluntarios que sirven a los últimos y a los necesitados por amor a Jesús no esperan ningún agradecimiento ni gratificación, sino que renuncian a todo esto porque han descubierto el verdadero amor”, dijo Francisco.

Durante la misa, se ha orado por los pobres y los necesitados para que los cristianos sigan el ejemplo de Madre Teresa para que actúen movidos por la caridad.

Para la ocasión, dos hermanas de la caridad llevaron hasta el altar la reliquia de la santa Madre Teresa de Calcuta. Se trató de una cruz fija sobre una base metálica hecha de hierro sucio, arruinado, poco pulido para representar como la sociedad ha visto siempre los pobres predilectos de M. Teresa  y que ella amó en su servicio a Jesús.

fuente:aleteia.org

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