Separados: cómo sobrevivir a las fiestas navideñas

Cuando estás viviendo una separación matrimonial, las fiestas de fin de año pueden resultar toda una prueba adicional. Sobre todo, cuando es una situación que tu no has elegido.

Las calles se iluminan con guirnaldas de Navidad y tu corazón no hace sino encogerse. Las tiendas están repletas de gente atareada, pero tú no tienes el valor de adentrarte en la feliz multitud.

Hay días en que todo el mundo, desde tus colegas hasta los dependientes del supermercado, te desean “unas felices fiestas y un feliz año nuevo” con una gran sonrisa, pero únicamente consiguen darte ganas de llorar, porque estas fiestas solo te traen una perspectiva de dolor.

Tal vez esta sea tu primera fiesta de fin de año sin tus hijos, tu primera misa del gallo solitaria, ¿pero cómo compartir tu sufrimiento si temes fastidiar las fiestas a los demás? El contraste no podía ser mayor, con las imágenes de celebración en todas las ciudades, las familias unidas, el hogareño olor de la comida casera y el ambiente alegre y musical.

Menudo engaño el de esta orden implícita de tener que estar contento por obligación los días 25 y 31 de diciembre, piensas. ¿Es que venden felicidad en las bolsas de cotillón? ¿Cómo superar esta prueba, cuidando de uno mismo y al mismo tiempo creando una oportunidad para seguir adelante?

Cuídate
Aunque estés solo o sola, saca la cubertería bonita, prepara tus platos preferidos y deja los congelados, lee un buen libro que te relaje o ponte tu película favorita. Evita el alcohol a solas, te arriesgas a que te deje aún más triste. Regálate un buen corte de pelo y ordena a fondo tu salón: así te sentirás mejor en tu cabeza y en tu casa.

Entra en un periodo de tregua
Quizás tu abogado te haya aconsejado que no hagas concesiones en relación a las fechas en que estás a cargo de los niños, pero ¿y si mejor escuchas a tu corazón? ¿Y si aprovechas la tregua que ofrece la Navidad para extenderla a tu expareja, que también sufre, para pausar la lucha sin descanso que tanto os fatiga y disgusta? ¿Crees que podría ser una buena ocasión para ser más flexible con los horarios convenidos para, digamos, facilitar un trayecto en tren o, en definitiva, poner el bien de los hijos antes que el de tu “derecho como padre/madre”?

Recupera el sentido de la Navidad y del Año Nuevo
No te encierres en tu dolor, ponte al servicio de los demás: una Navidad con los ancianos, con los sintecho, con el prójimo, hay muchas iniciativas para vivir en un buen ambiente.

Pongo el ejemplo de Clara, que no se puede mover de casa por ataduras laborales y decidió invitar a una madre soltera con su bebé. Ante la triste perspectiva de no poder estar con su familia, de hecho pasó muy buenos y hermosos momentos, sencillos y de confianza, con esta joven a quien apenas conocía.

¿Y tú? Más allá de tu herida conyugal, ¿qué cambio puede traer la Navidad a tu vida? ¿Puedes contribuir a aportar un poco de alegría a otras personas? No es demasiado tarde para ofrecerte en una Navidad de servicio a los demás. Te recibirán con gusto allá donde vayas a ayudar, según tus gustos y tu tiempo.

Por todos lados hay proyectos de Navidades solidarias que necesitan de cualquier tipo de ayuda voluntaria para salir adelante. También puedes, sin salir de casa, hacer un donativo a alguna organización caritativa.

Tal vez no te des cuenta, pero también eres un regalo de Navidad para tus seres queridos, como en Michka, el encantador cuento popular ruso que sigue conservando con fuerza todo su sentido desde su publicación hace ya 70 años. Estas fiestas pueden ser un buen momento para (re)leer este cuento a tus hijos si también se plantean el sentido de una fiesta secuestrada por el materialismo.

Realiza un periodo de duelo que te ponga en el camino de la reconstrucción
Plantéate una etapa de reconstrucción personal, a modo de duelo emocional. Si aprovechas esta época para explorar y expresar tu dolor, en este nuevo año puedes conseguir salir con fuerzas renovadas y avanzar hacia una vida más calmada. ¿Te decidirás a pasar página y escribir un nuevo capítulo en tu vida? Acompáñate del libro de Jean Monbourquette, Amar, perder… y crecer, para esta difícil fase de tu vida. El autor es psicólogo y profesor del Instituto de Pastoral de la Universidad Saint-Paul de Ottawa (Canadá).

Atrévete a pedir ayuda
Estarás haciendo un regalo a tus amigos si les permites que te inviten a comer. A veces es más fácil dar que recibir, ¡ten valor!

Vive el momento presente
Suprime de tus pensamientos las dudas, los remordimientos y la visión de tus hijos o de tu ex siendo felices en otro lugar y sin ti. No puedes cambiar lo sucedido, pero puedes decidir evitar que tu imaginación socave tu ánimo.

fuente:Aleteia

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