El Triduo Pascual

Jueves, Viernes, Sábado Santo

Estos tres días son momentos fuertes en los que escuchamos y volvemos sobre la historia de los últimos días de la vida de Jesús, el viaje de Jesús al calvario, hecho de etapas dolorosas y esto demuestra que el amor de Dios no tiene límites, se ofrece para nosotros y no guarda nada y nos lleva hasta el Domingo de Pascua, o bien a la alegría de la Resurrección.

Jueves Santo

El Triduo comienza con la última cena de Jesús con sus discípulos.

Es hermoso momento, pero también triste y doloroso. En este día Jesús debe sufrir un gran dolor: uno de sus amigos, con el que compartió todo, lo que amaba con todo su corazón, lo traicionará y sus amigos, en el momento de la prueba, lo abandonan dejándolo solo, pero Jesús  no dejará de quererlos ni por un segundo.

Durante esta cena, Jesús hace un gesto inesperado: Él que es el maestro, el más importante de todos, lava los pies de sus discípulos. Lo hace para enseñarnos que para ser verdaderamente cristianos tenemos que amarnos unos a otros y ponernos al servicio de Dios y de nuestros hermanos

Después de haberlo explicado con su vida, Jesús nos da su mandamiento más importante, que distingue a los cristianos de otros hombres: “ que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.

Por último, Jesús nos hace un gran regalo: la Eucaristía. Ofrece al Padre su cuerpo y sangre en forma de pan y vino. A través de la Eucaristía, Él siempre estará con nosotros todos los días de nuestra vida.

Viernes Santo

Recordamos la muerte de Jesús en la cruz. Las palabras pronunciadas en la última cena a sus discípulos se convierten en una realidad para Jesús: ” Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.” Jesús nos considera sus amigos y quería dar su vida por nosotros. Estaba dispuesto a sufrir en el cuerpo y el espíritu para demostrarnos su amor.

Sábado Santo

En el Sábado Santo la Iglesia se identifica con María, primera y perfecta discípula. Sólo queda mantener viva la llama de la fe, esperando contra toda esperanza.

Es el día en que la iglesia contempla el reposo, el silencio y la espera. Recuerde que la muerte de Jesús y su reubicación en la tumba.

Los amigos de Jesús han tenido compasión de su cuerpo. Lo han lavado, perfumado, envuelto en un sudario y recóndito en un sepulcro cavado de la piedra.

Alrededor de la tumba de Jesús se crea un profundo silencio. En el aire se escucha algo nuevo. Pero mientras tanto, todo está en calma. Vivimos este día en silencio y esperando de la resurrección de Jesús y la gran vigilia de Pascua en la que oímos de nuevo el Aleluya.

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