Sal 90
R/. Ha dado órdenes a sus ángeles para que te guarden en sus caminos
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
 que vives a la sombra del Omnipotente,
 di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
 Dios mío, confío en ti.» R/.
El te librará de la red del cazador,
 de la peste funesta.
 Te cubrirá con sus plumas,
 bajo sus alas te refugiarás,
 su brazo es escudo y armadura. R/.
No temerás el espanto nocturno,
 ni la flecha que vuela de día,
 ni la peste que se desliza en las tinieblas,
 ni la epidemia que devasta a mediodía. R/.
No se te acercará la desgracia,
 ni la plaga llegará hasta tu tienda,
 porque a sus ángeles ha dado órdenes
 para que te guarden en sus caminos. R/.
 



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