Sal 85,3-4.5-6.9-10
R/. Tú, Señor, eres lento a la cólera, rico en piedad
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
 que a ti te estoy llamando todo el día;
 alegra el alma de tu siervo,
 pues levanto mi alma hacia ti. R/.
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
 rico en misericordia con los que te invocan.
 Señor, escucha mi oración,
 atiende a la voz de mi súplica. R/.
Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor;
 bendecirán tu nombre:
 «Grande eres tú, y haces maravillas;
 tú eres el único Dios.» R/.
 



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