Sal 129,1-2.3-4.5
R/. Del Señor viene la misericordia,
 la redención copiosa
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
 Señor, escucha mi voz;
 estén tus oídos atentos
 a la voz de mi súplica. R/.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
 ¿quién podrá resistir?
 Pero de ti procede el perdón,
 y así infundes respeto. R/.
Mi alma espera en el Señor,
 espera en su palabra;
 mi alma aguarda al Señor. R/.
 



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